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sábado, 31 de diciembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 31 de diciembre de 2016


Nunca dejes que los sentimientos apaguen tus sueños de niña.
Los primeros cambian,
los segundos nos acompañan toda la vida.

Te encarcelé en un recuerdo,
hasta que no supe
quién era preso de quién.

Nos volvimos extraños
que recorren un bosque de tiempo,
por caminos distintos,
con la esperanza de encontrarse al otro lado.

A veces pienso que el destino solo es un niño pequeño que va uniendo los puntos de un dibujo infinito que no comprende.

Leer siempre será mi cuerda:
de salto,
de horca,
de vida,
de enlace,
de amarre,
de huida...

Cada 21 de diciembre el sol se quedaba quieto, admirando cómo los seres humanos lanzaban luces al cielo, en la noche más larga del año.

Daba la vuelta a sus historias.
Con principios que duelen, pero se soportan
y despedidas que ilusionan hasta pasar inadvertidas.

Mi corazón no está acostumbrado
a correr largas distancias.
Es más de carreras de obstáculos,
de acelerones,
de meses meditando...

Era una duda constante,
mi miedo a equivocarme
contra sus ganas de abrazarme
y el muro que nos separaba
empezaba a agrietarse.

La vida puede ser como un eterno calendario de adviento.
Solo tenemos que encontrar la parte dulce que se esconde en cada día.

No podrás olvidarme,
estaré siempre en tu vida:
Como una sombra que te impide ser del todo feliz
o
como la persona que la comparte.
Tú decides.

Mientras siguiera ocultando esa parte al mundo, la luna nunca podría brillar más que el resto de estrellas del cielo.

En esta historia Wendy nunca fue con Peter Pan.
Se hizo mayor.
Nunca Jamás se convirtió en su isla para el arrepentimiento.

Cuando la única respuesta posible es esperar, no te pares.
Busca un nuevo rumbo,
sigue remando,
sueña,
acabará llegando...

Cada día que la echaba de menos,
pintaba con tiza un trazo.
A final de año la ciudad resplandecía y ni la lluvia podía borrarlo.

Me marcho como el año,
en doce suspiros,
cierra los ojos,
pide un deseo.
Vuelvo contigo


miércoles, 14 de diciembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de diciembre de 2016



No era triste,
ni alegre,
tan solo diferente.
De esa clase de "hasta pronto",
que dejan abierta una infinidad de posibilidades.

Una moneda que no deja de girar.
Hipnotiza.
Las dos opciones se pisan.
Empiezan a pelear.
Hasta que ya no quieres ver qué caerá.

Escapar lejos solo era
otra barrera más de su raciocinio,
que seguía negando una realidad
en la que su corazón ya había elegido.

Guardaba fotos de los aviones que había perdido en su vida.
Solo para recordarse, que no todo se puede conseguir a la primera.

Bajamos las armas
y la ausencia dolía como granadas.

Todo el mundo quiere algo.
Pero solo algunos se quedan a esperar,
pocos rechazan los atajos
y casi nadie cree en ello de verdad.

Tan cerca como puedan estar dos personas que miran el 'online' de sus pantallas.
Tan lejos como el silencio les pueda situar.

Ciertos actos buenos que hacemos en la vida, pueden servirnos de eje temporal al que volver cuando nos hayamos perdido del todo.

Veo luces
y ninguna llega desde tu faro.
Cuando acabe la noche,
el amanecer me dirá
que vuelva a intentarlo.

Deshacíamos recuerdos rompiendo promesas que aún estaban por llegar.
Una especie de olvido hacia el futuro.

Después de ti
queda lo mismo que antes,
solo que la culpa imperante y yo
hemos hecho las paces
para que el camino
sea inolvidable.

El vértigo que da,
empezar una revolución
sin poder escuchar tu risa.

Al conocerse, le dijo que nunca había roto un corazón.
Hasta que en su despedida,
se vio sujetando los pedazos y el martillo.

No importa cuánto tiempo me lleve
pero acabarás queriéndote como te mereces.
Si no llegan las palabras,
inventaré un nuevo lenguaje.

Siempre pensamos en las balanzas,
pero el equilibrio también surge
cuando está bien rodeado 
un epicentro que se hunde.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 30 de noviembre de 2016



No sé si será verdad aquello de que tenemos lo que merecemos, pero ten por seguro que al final perdemos lo que desmerecemos.

Ahora que te has ido raudo como el tiempo,
puedo desempolvar aquella colonia que ya no huele a nosotros
y crear nuevos recuerdos.

El problema de estar varado,
es que cualquier brisa es recibida
como algo importante
y no todas llevan
al puerto adecuado.

Aquel que quema deliberadamente la primera hoja hasta dar con su principio perfecto, rara vez consigue elegir sus finales.

Con tu huida descubriste
que algunos vacíos pueden estar llenos de heridas.

El cordero acudía a la cabaña cada noche persiguiendo sus sueños y salía del matadero con un trozo de corazón menos.

El actor con trastorno de múltiple personalidad solo llevaba careta cuando no estaba actuando.

A veces doy largos paseos por la ciudad y me siento a oír a la luna tararear nuestra canción, que sigue sonando desde aquel día.

El mundo está tan lleno de caos y desorden, que cuando una persona encaja perfectamente y  de forma sencilla, asusta.
No te preocupes por las ganas,
saben encontrar puertas en el tiempo y volver cuando la marea baja y la playa sea siempre tu casa.

Estas muriendo de desidia.
Dices que estás enamorada de él, pero te levantadas pensando en otra persona cada día.

Tarde o temprano descubrirás que, aunque los problemas cambien, la fortaleza necesaria es la misma que ya has utilizado antes.

Afecto, Atracción, Amor, Alegría, Armonía, Alteración, Alarma, Agobio, Abandono, Aflicción, Ausencia, Aceptación, Autonomía...

Con el tiempo,
al igual que los ratones con las palancas electrificadas,
la mente aprende a no tocar determinados recuerdos.

La misma cercanía acaba pidiendo distancia cuando la longitud es tan mínima que la tensión acaba por hacer saltar las alarmas.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de noviembre de 2016


"Siempre estaré en duda contigo" - decía cada noche el León Valiente al León Cobarde antes de acostarse.

Quizá fueron demasiado buenos
o muy cobardes,
pero se quedaron a medio metro
de un beso imposible
y de condenarse.

No todas las despedidas matan,
pero muchos mueren por el silencio que las sigue.

Soy ese verso que cojea
pero rima bien,
un paso lento pero decidido,
donde van 
tus miedos superados,
el último niño perdido.

Que todo choque frontal con el pasado,
suele traer recuerdos,
puede provocar daños,
y siempre trata de hacernos recordar algo.

Y era de esa valentía
que no está reñida con el miedo,
sino con aquella que consiste en perseguir todo lo que creemos merecer.

Salvó a la chica
pero perdió la batalla.
Es el héroe que nadie quiere,
pero que todos necesitan.
Un guerrero
que nunca se rinde.

Y conocernos
como si fuera un juego
de no pisar la lava,
de perder o ganar,
con mil batallas
y una sola guerra
de almohadas.

Atraer hacia a ti,
lo que vas a alejar para siempre.
Eso es un abrazo de despedida.

Ella oía caracolas
cada vez que se acercaba al mar
y páginas pasar cuando le contaban historias.

Fue buscando en las personas de su pasado aquella que tuviera en sus ojos la imagen de la persona que quería volver a ser.

Su error fue pensar,
que la conquista era el meta y no el camino.
Todas las ciudades, al final, se acababan por sublevar.

Quizá el olvido sea un poco eso,
besos fríos en invierno
hasta que un día
dejas de sentirlos.

No paran en las estaciones.
Los trenes que cambian vidas se cogen en marcha:
saltando al techo,
corriendo por las vías,
sin miedo.

Un salvavidas se mantiene a flote para que no te hundas.
En su caso, se sumergía hasta el fondo para sacarte si era necesario.

lunes, 31 de octubre de 2016

#Microcuentos del 16 al 31 de octubre de 2016


Por muy cínica que sea la capa que nos protege, nunca estamos a salvo de ciertos flechazos emocionales.

El error está, quizá, en buscar a aquella persona que sea nuestra debilidad, en vez de a una que potencie nuestras fortalezas.

Cuando sabes el punto en el que estás perdido,
merece la pena perderse un poco más, 
cruzar alguna frontera,
volver a empezar.

Le regaló la luna creciente, para que ella pudiera rellenar el hueco que faltaba.
Así la vería llena cada noche de su vida.

En sus ojos había señales de alarma como para no acercarse a ese incendio. 
Los demás huían.
Yo necesitaba alcanzar esa llama.

Toda vuelta al principio
implica un viaje al pasado
en el que ya no eres el mismo
porque el tiempo
te ha cambiado.

Escribir con parte de tu piel,
ahogarte en tu propia tinta,
escupir el veneno restante
y volver a coger la pluma otra vez.

Hasta encontrarte,
tú eras,
mi huida hacia adelante.

Tenía el corazón atrapado en el tiempo,
ajeno a los cambios,
encontrando siempre espejos al pasado,
a aquel momento exacto.

Que todos ven
la amplitud de tu sonrisa
y pocos se fijan
en la curvatura justo después,
la de tu tristeza.
La que hay que combatir.

El amor viene y va.
Y no sé si me encuentro en el momento de salir a encontrarlo
o de que me venga a buscar.

Todo trata sobre esperar en esta vida.
Y que lo que hagamos con ese tiempo extra, determinará el cómo y el qué acabemos logrando.

De tanto quemarnos con la mirada
tuvimos que buscar nuevos puentes.
Y nos quedamos sin mecha
tratando de llegar al siguiente.

La elocuente hora, que el otoño nos robaba, rodeando todo de oscuridad, hacia un invierno que solo rescataría nuestra primavera.

Hay algunos libros, canciones, sabores... que se abren paso a tu corazón derribando todo lo conocido.
Y a veces es una persona.

No eran los monstruos bajo la cama,
los fantasmas del pasado,
la perpetua oscuridad,
ni la soledad acompañada.
Ella tenía miedo de los puntos suspensivos
que nunca se cerraban...

sábado, 15 de octubre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de octubre de 2016



Me observaba como se miran los libros en una vieja estantería llena de polvo.
Como si aún susurrasen versos a mi oído: quédate.

Solo era feliz cuando experimentaba la sensación de sentirse libre tras la huida.
Pero para eso antes tenía que dejarse atrapar.

Ciertas personas no se pueden quedar en nuestra vida y solo pasan para recordarnos qué debemos seguir buscando.
Sin rendirnos.

Al final buscamos la calma,
pero no cualquiera vale,
sin corrientes de viento,
estar varado
puede ser la peor de las tormentas.

El talón de Aquiles.
La espalda de Sigfrido.
El pelo de Sansón.
Tu mirada y yo.

En noches así
fingiremos ser el paracaídas del otro
porque el descenso puede ser compartido
pero el golpe lo recibimos solos.

Fue así, perfecto.
El tiempo que aguantamos antes de que el tsunami del tiempo nos arrastrara.

Tenía miedo de las personas demasiado profundas porque nunca sabía lo que podrían esconder en sus abismos personales.

Lo malo de verte en ciertos recuerdos
es que no puedo cambiarlos
por unas palabras distintas,
un abrazo a tiempo,
una despedida.

Para ser la mejor
tendrás que saber escribir cosas alegres incluso cuando estés triste.
Y con escribir,
me refiero a vivir.

Quiero ver tus chanclas volando en la distancia,
porque nos hemos perdido,
huyendo lejos de todo,
cerca del mar,
cerca de ti.

Lo que le hacía ser ella misma,
le mantenía escondido de los demás.
Hasta que la encontró a alguien que "la llevaba" al escondite.

Pese a que el reloj grabado en el medallón marcaba una hora y un minuto concreto, la conexión con la persona que se lo regaló, sobrevivía al tiempo.

Aparecieron sentimientos que solo habían existido con una persona concreta de su pasado.
Deja vú emocional.
Huir o dejarse llevar.

Lo más complejo de la melancolía es que no torne tristeza plena, llevándose todo el placer que podíamos encontrar en ella. 

viernes, 30 de septiembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 30 de septiembre de 2016



Siempre buscaba que el viento le golpeara en la cara para que su vendaval interno solo pareciera una suave brisa.

Pese a los fosos, las armaduras y las murallas... nada nos protege de la disyuntiva de perder o de tener que abrir nuestra alma a esa persona.

Parece que algunos viejos sueños
llegan un poco tardíos.
Suerte que guardé en una cápsula del tiempo las ilusiones para poder cumplirlos. 

Y que si tal como dices
no puedo cambiar tu destino,
hagamos de esto un viaje
por el que merezca la pena
perder el libre albedrío.

Haya guerra o paz,
en mis condiciones de rendición
siempre aparece escrito tu nombre.


Estaba sumido en ese momento,
en el que no sabes si ya tiene sentido
volver a la vida de alguien,
cuando todo va a ser distinto.

Ganaba a todos los juegos de azar,
perdía siempre que apostaba por las personas de su vida.

Porque hay que intentar
hacer que las cosas funcionen siempre
y no esperar
a que se estropeen
para tenerlas que reparar.

Siempre guardo las piezas sin sentido, las extrañas y las que nunca encajan.
Cuando el tiempo pasa,
acaban encontrando su sitio.

Qué difícil resulta tratar de extinguir un fuego cuando el azaroso viento no deja de avivar sus llamas.

"Aquella sería la última vez que nos veríamos"
Resulta duro decir eso de alguien.
La esperanza de un reencuentro nos acompaña hasta la muerte.

Dejemos que la distancia tenga su victoria completa.
No lleves mi recuerdo a tu espalda.
Mereces alcanzar todos tus sueños.
Sin cargas.

Y nada podrá ya cambiar todo aquello,
excepto la verdad,
que es capaz de destruir la mentira más perfecta.

Solo acepto
vivir bajo un techo
que tenga como límite las estrellas.
Siempre se puede más.
Y si tiene que llover,
que llueva.

Para aquel lector anónimo,
un escritor se hacía famoso,
cada vez que cuadraba un verso
con el estado actual de su caótica vida.

sábado, 17 de septiembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de septiembre de 2016


No quiero que vuelva nadie a mi vida
que no esté dispuesto a pagar
el precio de su despedida:
orgullo,
olvido,
odio
o distancia. 

Todo recuerdo tiene una parte de fantasía.
Tanta como costaría imaginarlo para que tuviera sentido en el presente.

Quizá haya algo más,
algo que tiene que ver con nosotros
porque todas las heridas duelen
pero solo algunas dejan cicatriz.

-Por aquí no es, nos hemos perdido - repetía la razón desde el día en que se conocieron.

Hay que aprender a aceptarlo.
No hay nada más peligroso que vivir negando que tenemos una piedra en el zapato.

Dejo pasar trenes
preguntándome hacia dónde van
y en todo lo que podré ganar
de todo lo que he perdido.
Avanzando.
Sin dudar.

Que ahora mismo no hay
peor compañía,
que la parte de mí
con el corazón roto.
Es hora de saber qué quiero,
de aprender a estar solo.

Cuando te canses:
de villanos disfrazados de príncipes,
canallas que no cambian,
que no sacan lo mejor de ti.
Vuelve a buscarme.

Vivía con la mente y el cuerpo en lugares separados
Cuando la primera tuvo que volver, se dio cuenta que no sabía dónde estaba.

Él tenía un punto de ombligo
Ella una coma.
Y juntos hicieron una pausa en sus vidas,
sabiendo que algo diferente le seguiría.

Algunas piezas perfectas
intentan tanto encajar
en el lugar equivocado
que al final de la partida
su puzle queda inacabado.

Demasiadas canciones acabaron
mientras dudaba si invitarte a la pista.
Se acabaron los silencios.
No pienso dejar de bailar.

Llevaba una llave colgada al cuello
con la que nunca abría nada,
pero llevaba ya mucho tiempo
cerrando historias.

Querías revivir lo nuestro.
Como si alguna vez hubiera salido bien aquello de resucitar a los muertos.

Tú decías
que era mejor saltar a la rutina
que caer al vacío
para seguir presentes en nuestras vidas.
Y yo
me moría de tedio.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Microcuentos del 16 al 31 de agosto de 2016


Aquellos días se volvieron
mi mundo de fantasía personal
al que viajo a veces en sueños
o recordando.
Pero nunca me puedo quedar.

Ya no existe.
Recorrí entero el lugar,
ni un ladrillo se ha movido,
pero cualquiera que estuviera entonces
lo sabría diferenciar.

En esta historia
el villano es el tiempo,
imposible de derrotar.
Se lleva todos los momentos
y cada vez es más difícil recordar.

Por eso hice de todo aquello
una novela histórica
una cápsula que sobreviviera al tiempo.
Un libro que me permita siempre regresar.

El primer paso siempre puede ser:
para avanzar,
para huir,
para volver
o para quedarte.
Y hay veces que para todo a la vez.

Era ciertamente aterrador,
que algo acabará igual que empezó,
como si nada hubiera pasado entre medias.
Desidia de guion.

Siempre sacaba una sonrisa
cuando el momento agonizaba
por si pudiera contagiársela
y el instante durara un poco más.

Que ciertos tatuajes,
no son más que cicatrices
que no dejan marca en el cuerpo,
pero abrieron heridas dentro.

Si hay música más triste
que la de los pasos de alguien que se va,
para siempre,
es el eco
que cada año el tiempo devuelve.

-No te preocupes, no vas a estar solo
El fracaso me miró confundido
-Habrá más fallos, pero pienso seguir luchando hasta conseguirlo.

Ya sea en el amor,
en las series
o en los libros.
Un mal final puede llegar a cambiar por completo
todo el contenido.

No quedaba ya nadie en el vagón.
Solo yo.
Porque algunos tramos 
hay que recorrerlos por tu cuenta 
para avanzar de estación.

Que por más que eleves el aro
para hacerme pasar,
hace tiempo que no vivo más allá
de la altura de mis propias circunstancias.

No podía escribir más de cierto número de palabras en un papel, sin volcar a la vez, su esencia más secreta, su más puro ser.

Quizá lo que cambió todo
fue que en vez de asaltar tus muros,
como hacían los demás,
yo te demostré que ya no los necesitabas.

Las peores batallas
no se libran contra enemigos acérrimos.
Ya hemos perdido antes de empezar,
por estar aquí combatiendo.


lunes, 15 de agosto de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de agosto de 2016


No todos los vacíos hablan,
pero hay uno que susurra al crearse:
"No necesitas a nadie para llenarme,
tú solo te complementas".

Todo cruce de vías
amañado por el destino
sitúa siempre a un saqueador
y a un saqueado,
en el que nunca sabes quién le roba a quién.


La indiferencia,
es la ausencia de sentimiento,
el punto exacto en el que amor y el odio
se dan por vencidos.


En las olas, en las velas tu viento siempre me impulsa hacia donde marca mi veleta.

Su momento de mayor valentía estaba grabado a fuego.
Cada vez que se volviera a perder,
tendría ese eje como punto de partida.


Hasta la hoja de papel en blanco más antigua sabe que ningún bloqueo dura eternamente
que tarde o temprano recibirá su historia.


En tierra de nadie
todos deseaban ser alguien
a quien importar.


En todo miedo al fracaso
hay una parte a conseguirlo
al cambio
a no tener todo controlado
y el autosabotaje
pone fin al delirio.


Estábamos allí mirándonos.
Dos adultos tratando de ser racionales,
sintiendo lo mismo que cuando éramos niños.


Encajabas los tiros,
disparabas sin balas.


Una vez que vi,
la forma que tenían las palabras al salir de mis manos,
hablar se volvió una forma de comunicación incompleta.


Se apagaban,
pero nunca dejaban de brillar
y cada año hacia mediados de agosto
cruzaban el firmamento para poderse encontrar.


Aunque para ella aquel abrazo solo era un mero acto reconfortante, él quería que supiera que siempre podía volver allí. A casa.

He vivido historias que ya no recuerdo
y escrito sobre algunas que soy incapaz de olvidar.


Viajaba por el mundo coleccionando sonrisas para ver si podía crear la suya propia juntando la felicidad de otras personas.

domingo, 31 de julio de 2016

#Microcuentos del 16 al 31 de julio de 2016



Con el rayo de luz de su ventana iba tejiendo su futuro.
Hilando lo suficiente como para ver un paso por delante de su oscuridad.

A veces no es tanto el golpe al fracasar, como el ataque al corazón que produce caer desde expectativas demasiado altas.

Cerramos el trato:
Buscar a alguien que nos hiciera más felices
No sé si cumpliste tu parte.
Yo siempre fui afortunado en juego

He iluminado mis puntos suspensivos
para que brillen como las estrellas
Y que cuando sea el momento
puedas volver a casa.

Eras el viento
que volvía a aparecer
cada vez que mi balsa
empezaba a navegar
a mar abierto
y me devolvías
a mi isla desierta.

Ten cuidado cuando cedas el peso de vuestra amistad a la otra persona,
no vayas a descubrir que es más frágil de lo que pensabas.

Mis demonios quisieron asaltar tu castillo para que tuvieran una oscuridad que seguir en su mar de llamas.

Toda su corriente de pensamientos
desembocaba en el mismo mar de dudas
poco importaba cuanta tierra pusiera de por medio.

Es lo bueno de las mentiras
a veces podemos usarlas en nuestro beneficio
cuando ser feliz sea más necesario
que saber la verdad.

Una relación que no funciona
actúa como un veneno lento
poco a poco, mientras duermes,
matando hasta el amor más perfecto.

Fueron días de absoluto incendio,
en los que quemarnos,
era el menor de nuestros problemas.

Y algunos amigos que se fueron,
terminan volviendo con el tiempo
al igual que ciertas oportunidades
cuando todo encaja de nuevo.

Un poema es como un puzle
Brillante para los que lo resuelven
y una genialidad para los que lo rearman de una forma diferente.

La chica liana acabó encontrando una serpiente. 

Cada día tensaba más la cuerda
agitándose en la duda
para no tener que decidir
y seguir con la falsa sensación
de estar volando.

Seguía buscando
donde nadie le encontraría jamás.

viernes, 15 de julio de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de julio de 2016


Este será el último movimiento que aparecerá en nuestra caja negra.
Espero que algún día seas valiente y te atrevas a verla.

Cuando un tornado derribó la muralla,
en vez de encerrarse aún más en la ciudadela,
aprovechó para explorar los alrededores.

Vivía
con la lluvia encima
y el mar bajo sus pies.
El viento y las corrientes
le zarandeaban.
Pero siempre iba a donde quería ir.

Llevaba colgado al cuello
un reloj invisible
en constante cuenta atrás
que cada cierto tiempo
Le hacía autodestruirse.
Otra vez.

Había restos de pintura por todas partes.
Su sonrisa (obra de arte) se había ido desangrando en todos sus lugares felices.

Era como una idea extraviada,
muy clara a lo lejos
difícil de alcanzar cuanto más se acercaba.
Pero no podía dejar de pensarla.

Las palabras son magia
pueden crear vínculos
romper relaciones
dar felicidad o tristeza
poner distancia
transmitir sensaciones.

Quería pertenecer al hilo,
sin formar parte del nudo
que le obligara a permanecer atada.

Solo vivía en historias con un final anunciado
que no dejan más heridas
que las que hay en una partida perdida de antemano.

A veces me gusta imaginar que en algún universo paralelo,
la vida nos ha dado más tiempo
y he llegado a conocerte mucho mejor.

Y si era cierto que el primer beso de amor daba la vida, no era de extrañar que el último lo diera la mismísima muerte.

De vez en cuando recordaba momentos felices que no volverían
con una punzada de dolor
y veneno amargo
que tardaba en irse días.

Eso significaba, a veces, hacernos mayores.
Algunos lugares, ilusiones y sentimientos eran más pequeños de lo que recordábamos.

Amor de verano solo hay uno,
el resto no son más que besos bajo el sol.

Al igual que el azar ya no pensaba en términos de perder o de ganar.
No era cuestión de suerte.
Era algo que había que aceptar.