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viernes, 31 de marzo de 2017

#Microcuentos del 15 al 31 de marzo de 2017



Recuerda que en algún lugar del mundo está saliendo el sol. Llegará en un tiempo, si lo esperas o pronto, si vas a buscarlo tú.

Se alejaba de espaldas sin mirar atrás. Como un imán que sabe que si se gira, la atracción le hará quedarse para siempre.

Saca el sombrero y la varita
yo te asisto entre bastidores
unos trucos no son suficientes
necesitamos magia para parar esta rutina.

Siempre estás en lo que sientes.
Y es que me has besado más intensamente con la mirada, que a otros tantos con tus labios.

No gana el último que golpea, sino el que mejor sabe sobreponerse tras el combate.

Fuimos cesura - en un verso incompleto de principio.

Al final, nadie puede quedarse demasiado tiempo en un lugar que ya no existe sin anclarse, enloquecer o vagar a la deriva.

Sonreía con la confianza y la sombra de tristeza de aquel que comprende el juego, pero sabe que la victoria no está en su mano.

Me siento como un genio atrapado en la botella de un abstemio que solo bebe cuando quiere olvidar su futuro inacabado.

Límites del ser humano:
Tres semanas sin comer.
Tres días sin agua.
Tres horas sin refugio en condiciones extremas.
Tres minutos sin aire.
tres segundos sin verte sonreír.

Dejaría el mundo arder
con tal de acabar con este invierno
pero prefiero quemarme en tu piel
como un fuego fatuo en el desierto.

Algunos puntos suspensivos solo son abismos de tinta que contienen demasiadas palabras (incluso vidas) para ser escritas o dichas.

Qué complicado resulta vivir con una certeza que nadie más es capaz de ver y fingir ser parte de esa ceguera conjunta.

Las puertas entreabiertas arden igual que las cerradas y el humo que liberan advierte a la persona del otro lado: precaución.

Quiero que me aceptes por lo que soy
y no a pesar de lo que soy.
Porque los pesares, a la larga,
se vuelven cargas imposibles de sostener.

A veces por buscar algo distinto,
acabamos encontrando lo mismo.
Diferentes máscaras,
idéntico magnetismo.


miércoles, 15 de marzo de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de marzo de 2017


Te leo igual que se leen las curvas
dos piezas de puzle
que se rozan en la oscuridad de una caja
y saben que van a estar unidas.

Él rescató a su niña interior. En el mejor de los casos ella huía a otras realidades y en el peor, solo jugaba con él.

No temía la soledad en sí misma.
El problema eran las cosas que el tiempo arrastraba:
los recuerdos,
las prisas,
la añoranza…

Que eso del karma es para vidas sucesivas.
El camino correcto suele estar lleno de zanjas y heridas.
Avanza.
Ten fe.
No te rindas.

-¡Sálvese quien sueña solo durmiendo! - gritaba el despertador cada mañana.

Hay días que el mundo no es más que una cuerda de equilibrista que se balancea y por la que tenemos que seguir cruzando.

Como ya no la quería, tiró bien lejos la piedra y escondió las manos.
Sin saber que acabaría tropezando con ella tarde o temprano.

La dedicatoria del libro decía:

"Porque años de medicina no bastan. A las heridas más profundas solo se llega con palabras".

Me deshice hasta atravesar los huecos de su armadura Mas en ese espacio tan chico solo quedaba sitio para su soledad y amargura.

Hundimiento solo hubo uno.
El resto fueron recaídas.
Pero mi fuerza crecía cada vez que me levantaba a base de echarle ganas.

Lo mejor y lo peor de mi vida
sigo siendo yo.
Tú solo puedes hacer que la aguja apunte siempre hacia el optimismo.
Y yo,
contigo,
lo mismo.

Qué bien queda tu risa
enlatada por tus manos
cuando ríes a carcajadas,
entrecierras los ojos
y saltan felices tus lágrimas.


Olvidaste el daño
que provoca el retroceso
para alguien que dispara a quemarropa sus sentimientos.

Los días de extremo cansancio
los muros que me rodean se hunden
y estás al otro lado
como un atardecer que no acaba de ponerse.

Cuando una puerta se cierra
nos confinamos en un cuarto sin ventanas,
en vez de abrir los ojos a miles de caminos en la playa.