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viernes, 30 de septiembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 30 de septiembre de 2016



Siempre buscaba que el viento le golpeara en la cara para que su vendaval interno solo pareciera una suave brisa.

Pese a los fosos, las armaduras y las murallas... nada nos protege de la disyuntiva de perder o de tener que abrir nuestra alma a esa persona.

Parece que algunos viejos sueños
llegan un poco tardíos.
Suerte que guardé en una cápsula del tiempo las ilusiones para poder cumplirlos. 

Y que si tal como dices
no puedo cambiar tu destino,
hagamos de esto un viaje
por el que merezca la pena
perder el libre albedrío.

Haya guerra o paz,
en mis condiciones de rendición
siempre aparece escrito tu nombre.


Estaba sumido en ese momento,
en el que no sabes si ya tiene sentido
volver a la vida de alguien,
cuando todo va a ser distinto.

Ganaba a todos los juegos de azar,
perdía siempre que apostaba por las personas de su vida.

Porque hay que intentar
hacer que las cosas funcionen siempre
y no esperar
a que se estropeen
para tenerlas que reparar.

Siempre guardo las piezas sin sentido, las extrañas y las que nunca encajan.
Cuando el tiempo pasa,
acaban encontrando su sitio.

Qué difícil resulta tratar de extinguir un fuego cuando el azaroso viento no deja de avivar sus llamas.

"Aquella sería la última vez que nos veríamos"
Resulta duro decir eso de alguien.
La esperanza de un reencuentro nos acompaña hasta la muerte.

Dejemos que la distancia tenga su victoria completa.
No lleves mi recuerdo a tu espalda.
Mereces alcanzar todos tus sueños.
Sin cargas.

Y nada podrá ya cambiar todo aquello,
excepto la verdad,
que es capaz de destruir la mentira más perfecta.

Solo acepto
vivir bajo un techo
que tenga como límite las estrellas.
Siempre se puede más.
Y si tiene que llover,
que llueva.

Para aquel lector anónimo,
un escritor se hacía famoso,
cada vez que cuadraba un verso
con el estado actual de su caótica vida.

sábado, 17 de septiembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de septiembre de 2016


No quiero que vuelva nadie a mi vida
que no esté dispuesto a pagar
el precio de su despedida:
orgullo,
olvido,
odio
o distancia. 

Todo recuerdo tiene una parte de fantasía.
Tanta como costaría imaginarlo para que tuviera sentido en el presente.

Quizá haya algo más,
algo que tiene que ver con nosotros
porque todas las heridas duelen
pero solo algunas dejan cicatriz.

-Por aquí no es, nos hemos perdido - repetía la razón desde el día en que se conocieron.

Hay que aprender a aceptarlo.
No hay nada más peligroso que vivir negando que tenemos una piedra en el zapato.

Dejo pasar trenes
preguntándome hacia dónde van
y en todo lo que podré ganar
de todo lo que he perdido.
Avanzando.
Sin dudar.

Que ahora mismo no hay
peor compañía,
que la parte de mí
con el corazón roto.
Es hora de saber qué quiero,
de aprender a estar solo.

Cuando te canses:
de villanos disfrazados de príncipes,
canallas que no cambian,
que no sacan lo mejor de ti.
Vuelve a buscarme.

Vivía con la mente y el cuerpo en lugares separados
Cuando la primera tuvo que volver, se dio cuenta que no sabía dónde estaba.

Él tenía un punto de ombligo
Ella una coma.
Y juntos hicieron una pausa en sus vidas,
sabiendo que algo diferente le seguiría.

Algunas piezas perfectas
intentan tanto encajar
en el lugar equivocado
que al final de la partida
su puzle queda inacabado.

Demasiadas canciones acabaron
mientras dudaba si invitarte a la pista.
Se acabaron los silencios.
No pienso dejar de bailar.

Llevaba una llave colgada al cuello
con la que nunca abría nada,
pero llevaba ya mucho tiempo
cerrando historias.

Querías revivir lo nuestro.
Como si alguna vez hubiera salido bien aquello de resucitar a los muertos.

Tú decías
que era mejor saltar a la rutina
que caer al vacío
para seguir presentes en nuestras vidas.
Y yo
me moría de tedio.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Microcuentos del 16 al 31 de agosto de 2016


Aquellos días se volvieron
mi mundo de fantasía personal
al que viajo a veces en sueños
o recordando.
Pero nunca me puedo quedar.

Ya no existe.
Recorrí entero el lugar,
ni un ladrillo se ha movido,
pero cualquiera que estuviera entonces
lo sabría diferenciar.

En esta historia
el villano es el tiempo,
imposible de derrotar.
Se lleva todos los momentos
y cada vez es más difícil recordar.

Por eso hice de todo aquello
una novela histórica
una cápsula que sobreviviera al tiempo.
Un libro que me permita siempre regresar.

El primer paso siempre puede ser:
para avanzar,
para huir,
para volver
o para quedarte.
Y hay veces que para todo a la vez.

Era ciertamente aterrador,
que algo acabará igual que empezó,
como si nada hubiera pasado entre medias.
Desidia de guion.

Siempre sacaba una sonrisa
cuando el momento agonizaba
por si pudiera contagiársela
y el instante durara un poco más.

Que ciertos tatuajes,
no son más que cicatrices
que no dejan marca en el cuerpo,
pero abrieron heridas dentro.

Si hay música más triste
que la de los pasos de alguien que se va,
para siempre,
es el eco
que cada año el tiempo devuelve.

-No te preocupes, no vas a estar solo
El fracaso me miró confundido
-Habrá más fallos, pero pienso seguir luchando hasta conseguirlo.

Ya sea en el amor,
en las series
o en los libros.
Un mal final puede llegar a cambiar por completo
todo el contenido.

No quedaba ya nadie en el vagón.
Solo yo.
Porque algunos tramos 
hay que recorrerlos por tu cuenta 
para avanzar de estación.

Que por más que eleves el aro
para hacerme pasar,
hace tiempo que no vivo más allá
de la altura de mis propias circunstancias.

No podía escribir más de cierto número de palabras en un papel, sin volcar a la vez, su esencia más secreta, su más puro ser.

Quizá lo que cambió todo
fue que en vez de asaltar tus muros,
como hacían los demás,
yo te demostré que ya no los necesitabas.

Las peores batallas
no se libran contra enemigos acérrimos.
Ya hemos perdido antes de empezar,
por estar aquí combatiendo.