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domingo, 30 de abril de 2017

#Microcuentos del 16 al 30 de abril de 2017


He aprendido a bailar
sobre este suelo de cristales
que queda de la casa de espejos
en la que intentaste encerrarme bajo llave.

Las decisiones correctas aclaran la conciencia, pero enturbian el camino.
Pero ningún fracaso por ello, aguanta a largo plazo.

Si miro un rato más esos ojos serás dueño de mi voluntad Pongo a cubierto mi mirada Contraataco con una sonrisa. ¿La aguantarás?

El precio de un sueño cuesta más
que extinguir unas velas,
ver una estrella fugaz
o lanzar una moneda.
Lo tienes que pelear.

Si tú no enciendes las estrellas,
yo no pienso dejar el cielo a oscuras.
Dispararé fuegos artificiales hasta que no queden en el mundo.

A la hora de la cena el niño deja escapar hacia el cielo un globo con tus recuerdos.
La lluvia trae consigo un nuevo comienzo.

Sigo echándote de más,
cada día que se activa mi rutina emocional.

Tú tomaste el mismo camino,
solo que desde un punto diferente,
aquello hizo tu viaje totalmente distinto.

Te convertiste en mi musa diana,
a la que lanzo dardos envenenados
que se acaban volviendo pura magia.

El tiempo pasó,
como un pájaro que carga con un gran manto sobre los meses,
poniendo un océano entre nosotros.

Con una persona,
la lectura,

una mentira,
la soledad,

un viaje,
los excesos
y otras formas de salvarse.

Aprovechaste que siempre caía de pie,
como los gatos,
para empujarme a tus vacíos.
Hasta que un día me fui volando.

Nunca tuve paciencia para sobrevivir a una muerte lenta.
Dispara si tienes agallas,
pero no te mientas.
Más.

Bajo el frío hielo aún podían verse las costuras de un remiendo que hizo tiempo atrás,
cuando no tenía los medios para dejarlo sanar.

Nadie creyó en ti más que yo. Ahí estuvo el problema, que ni siquiera tú tuviste fe en ti misma.
La marea subió.
El tren se fue.
Adiós.

sábado, 15 de abril de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de abril de 2017


Con más de mil excusas
creaste la mentira perfecta
y ahora la única salida de emergencia
pasa por ser sincera contigo misma.

El recuerdo giraba como un tío vivo
sin luces ni música,
en un parque de atracciones abandonado.
Le aterrorizaba tocarlo.

Qué bien estaríamos los dos sentados con los pies colgando en las alturas,
mano sobre mano
y el equilibrio de mirarnos sin dudas.

Son esos ecos los que determinan quiénes somos. De todas las palabras que dijimos, solo oímos aquellas destinadas a volver.

Espero que estas palabras se queden en tu memoria y que te salven de ti misma cuando lo necesites. Aunque yo ya no esté en tu vida.

Acabé por encontrarte,
en mitad de la nada,
en un cruce de contrastes,
como el calor de una manta en un día de invierno helado.

Bajó el telón y salió corriendo. Pero su niño interior volvía cada noche. A veces sonaba música. La función no había acabado.

Te maldigo cuando vuelves
con tu escopeta cargada,
no te pienso más de lo que debo,
no te olvido ni a marchas forzadas.

Un día descubrirás que hace tiempo dejé de equilibrar tu bicicleta.
Sigue adelante.
Estaré esperando a que vuelvas a buscarme.

Nos vemos en tus sueños,
en tus suspiros inexplicables
y en todos los lugares de los que nunca podrás borrarme.

Comenzar un viaje contra el destino, a veces puede significar, toda una vida tratando de huir de esa persona.

Si quieres volar,
tienes que saber que tarde o temprano acabarás en el suelo.
El cielo se hizo para los valientes.

No te preocupes que ya no seré más,
tu distracción al volante,
el pasado del que renegar,
tu juguete roto,
tu molesta realidad.

Hay días que corro convencido de que persigo aquello que quiero, hasta que lo alcanzo y me pregunto de qué estoy huyendo.

Le llamaban Eclipse, porque en las contadas ocasiones que sonreía, su mundo se había quedado a oscuras.

viernes, 31 de marzo de 2017

#Microcuentos del 15 al 31 de marzo de 2017



Recuerda que en algún lugar del mundo está saliendo el sol. Llegará en un tiempo, si lo esperas o pronto, si vas a buscarlo tú.

Se alejaba de espaldas sin mirar atrás. Como un imán que sabe que si se gira, la atracción le hará quedarse para siempre.

Saca el sombrero y la varita
yo te asisto entre bastidores
unos trucos no son suficientes
necesitamos magia para parar esta rutina.

Siempre estás en lo que sientes.
Y es que me has besado más intensamente con la mirada, que a otros tantos con tus labios.

No gana el último que golpea, sino el que mejor sabe sobreponerse tras el combate.

Fuimos cesura - en un verso incompleto de principio.

Al final, nadie puede quedarse demasiado tiempo en un lugar que ya no existe sin anclarse, enloquecer o vagar a la deriva.

Sonreía con la confianza y la sombra de tristeza de aquel que comprende el juego, pero sabe que la victoria no está en su mano.

Me siento como un genio atrapado en la botella de un abstemio que solo bebe cuando quiere olvidar su futuro inacabado.

Límites del ser humano:
Tres semanas sin comer.
Tres días sin agua.
Tres horas sin refugio en condiciones extremas.
Tres minutos sin aire.
tres segundos sin verte sonreír.

Dejaría el mundo arder
con tal de acabar con este invierno
pero prefiero quemarme en tu piel
como un fuego fatuo en el desierto.

Algunos puntos suspensivos solo son abismos de tinta que contienen demasiadas palabras (incluso vidas) para ser escritas o dichas.

Qué complicado resulta vivir con una certeza que nadie más es capaz de ver y fingir ser parte de esa ceguera conjunta.

Las puertas entreabiertas arden igual que las cerradas y el humo que liberan advierte a la persona del otro lado: precaución.

Quiero que me aceptes por lo que soy
y no a pesar de lo que soy.
Porque los pesares, a la larga,
se vuelven cargas imposibles de sostener.

A veces por buscar algo distinto,
acabamos encontrando lo mismo.
Diferentes máscaras,
idéntico magnetismo.


miércoles, 15 de marzo de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de marzo de 2017


Te leo igual que se leen las curvas
dos piezas de puzle
que se rozan en la oscuridad de una caja
y saben que van a estar unidas.

Él rescató a su niña interior. En el mejor de los casos ella huía a otras realidades y en el peor, solo jugaba con él.

No temía la soledad en sí misma.
El problema eran las cosas que el tiempo arrastraba:
los recuerdos,
las prisas,
la añoranza…

Que eso del karma es para vidas sucesivas.
El camino correcto suele estar lleno de zanjas y heridas.
Avanza.
Ten fe.
No te rindas.

-¡Sálvese quien sueña solo durmiendo! - gritaba el despertador cada mañana.

Hay días que el mundo no es más que una cuerda de equilibrista que se balancea y por la que tenemos que seguir cruzando.

Como ya no la quería, tiró bien lejos la piedra y escondió las manos.
Sin saber que acabaría tropezando con ella tarde o temprano.

La dedicatoria del libro decía:

"Porque años de medicina no bastan. A las heridas más profundas solo se llega con palabras".

Me deshice hasta atravesar los huecos de su armadura Mas en ese espacio tan chico solo quedaba sitio para su soledad y amargura.

Hundimiento solo hubo uno.
El resto fueron recaídas.
Pero mi fuerza crecía cada vez que me levantaba a base de echarle ganas.

Lo mejor y lo peor de mi vida
sigo siendo yo.
Tú solo puedes hacer que la aguja apunte siempre hacia el optimismo.
Y yo,
contigo,
lo mismo.

Qué bien queda tu risa
enlatada por tus manos
cuando ríes a carcajadas,
entrecierras los ojos
y saltan felices tus lágrimas.


Olvidaste el daño
que provoca el retroceso
para alguien que dispara a quemarropa sus sentimientos.

Los días de extremo cansancio
los muros que me rodean se hunden
y estás al otro lado
como un atardecer que no acaba de ponerse.

Cuando una puerta se cierra
nos confinamos en un cuarto sin ventanas,
en vez de abrir los ojos a miles de caminos en la playa.



martes, 28 de febrero de 2017

#Microcuentos del 16 al 28 de febrero de 2017


La última niña perdida encontró a alguien con el síndrome de Peter Pan.
Nunca más volvió a faltar magia en su vida.

En este cementerio emocional de fantasmas del pasado
siempre hay árboles creciendo.
El bosque nos hará forajidos
del recuerdo.

A la hora de la siesta
alguien del piso de arriba arroja tus recuerdos al suelo
y el retumbar de canicas me despierta del sueño.

He pasado más de mil veces por tu casa sin encontrarme contigo.
Luego recuerdo que te has mudado lejos, a la calle del olvido.

El viento silbaba melodías para que las hojas pudieran bailar.
Aunque se desprendían del árbol,
ninguna caía,
todas echaban a volar.

Tenía guardado bajo la manga algo de tiempo, para dárselo a quien hubiera dedicado el suyo, a hacer volar sus horas juntos.

El olvido es como el juego de la escalera.
Cuando crees que vas a alcanzar la meta, una bajada te manda a la casilla de salida.

No quiero tener que mentirme.
Nunca lo había hecho antes.
Pero a estas alturas,
cualquier renuncio
es un empujón hacia delante.

La primera vez que nos rompen el corazón nos volvemos ángeles caídos.
Pasamos por el infierno y decidimos:
Tierra o inframundo.

Solo corre el viejo cobarde
cuando su niño interior está a punto de marcharse.

Nunca olvides que cuanta más tierra me tires para sepultarme, más profunda es la tumba que te cavas en adelante.

Tras cerrar un capítulo
debería venir otro en blanco.
Libre de destinos,
sin números ni letras,
donde podamos ser nosotros mismos.

jueves, 16 de febrero de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de febrero de 2017


Seré una fuga constante 
en la presa de tu decisión inamovible.
Hasta que tu cuarto se inunde
y tengas que salir a buscarme.

Si el olvido no llega, después de tanto tiempo, es que probablemente no estemos huyendo en la dirección correcta.

Crecer tras cada ciénaga del camino
para que cuando nos obliguen a cruzar la puerta cero, esta nos quede demasiado pequeña.

Que si vamos a rompernos cada cierto tiempo, habrá que aprovechar para que lo tóxico de la vida se evapore por las grietas.

Apagamos los destinos
y el libre albedrío nos pilló sonriendo como niños.

De nada sirve la luz encendida contra los monstruos bajo la cama.
Hay que combatirlos antes de que se fundan las bombillas.

Caminaba descalza por la playa,
pero no dejaba más huellas,
que los recuerdos que le pesaban.

-Sé lo que hace usted con nuestros cómplices - le decía el corazón a la razón - los liquida cuando se vuelven una amenaza.

Le regaló un salvoconducto
para poder recorrer su camino
sin tener que elegir a cada paso
entre perder o perderse a sí mismo.

Las relaciones personales son como los nudos:
de apriete,
de reversibilidad,
autobloqueantes,
de debilitamiento,
y de estabilidad.

Es inevitable.
Como romper las burbujas del envoltorio,
como buscar estrellas en la noche,
como sonreír cuando pienso en tus ojos.

Ni la lluvia ha podido borrar
la marca que dejé a la derecha de tu portal
Como una tinta que no se deshace
pase el tiempo que pase.

Erróneo es buscar la eternidad
para no volver a sufrir la pérdida.
Al recibir su primera rosa recordó la diferencia entre querer y amar que estableció el Principito
Y que al final de todo, acabaría por separarles.

Algunos conflictos implican un duelo, aunque a veces se nieguen hasta antes del combate, se sufran heridas y al final se acepte.



martes, 31 de enero de 2017

#Microcuentos del 16 al 31 de enero de 2017


Creo que pocas cosas suenan más que los pasos de un silencio que no se marcha, que sigue dando vueltas en el piso de arriba.

Una relación es como un farolillo.
El amor es el fuego.
Puede pasar por subidas, bajadas y tormentas,
pero solo puede extinguirlo esa misma llama.

Siempre viajaba para renovar su pasaporte de nostalgia:
Un lugar al que no se puede volver  
Un amor que no se puede tener 

La adivina siempre acertaba. Porque la suerte hacía girar los dados, pero las historias las llevaba cada uno dentro.



Y escribió el punto y final con tanta fuerza, que acabó por atravesar diversas páginas hacia un futuro ahora marcado.

Era tan bella,
como triste es el rastro de tinta que deja un escritor que sufre una gran pérdida.

Ver
mis huellas por todas partes
y descubrir
que las están creando tus pies.

Se quedó avivando el fuego
de un sueño que no le pertenecía.
Para que cuando él volviera,
un abrazo iluminaría todas sus noches.

Para mí el invierno dura,
el tiempo exacto entre dos besos tuyos.

El arte de olvidar consiste en saber mentir.
Al pasado: nunca fuimos nada
Al futuro: no seremos nada
Al presente: no existes.

Las heridas más frescas no son siempre las más recientes.

Como no quería
bocas de lobo,
lágrimas de cocodrilo,
ni trampas para osos
Eligió la soledad humana
hasta que sanase la herida.

Se miran desde andenes enfrentados.
Ni un gesto.
El tren de la realidad les divide.
Pero ellos siguen soñando.
No se rinden.

Mudar los ojos,
hasta que la realidad se mimetice.

Ya no hay vuelta atrás por este camino.
Tendrás que ser valiente y encontrar nuevas rutas si quieres regresar al mismo sitio.