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domingo, 30 de abril de 2017

#Microcuentos del 16 al 30 de abril de 2017


He aprendido a bailar
sobre este suelo de cristales
que queda de la casa de espejos
en la que intentaste encerrarme bajo llave.

Las decisiones correctas aclaran la conciencia, pero enturbian el camino.
Pero ningún fracaso por ello, aguanta a largo plazo.

Si miro un rato más esos ojos serás dueño de mi voluntad Pongo a cubierto mi mirada Contraataco con una sonrisa. ¿La aguantarás?

El precio de un sueño cuesta más
que extinguir unas velas,
ver una estrella fugaz
o lanzar una moneda.
Lo tienes que pelear.

Si tú no enciendes las estrellas,
yo no pienso dejar el cielo a oscuras.
Dispararé fuegos artificiales hasta que no queden en el mundo.

A la hora de la cena el niño deja escapar hacia el cielo un globo con tus recuerdos.
La lluvia trae consigo un nuevo comienzo.

Sigo echándote de más,
cada día que se activa mi rutina emocional.

Tú tomaste el mismo camino,
solo que desde un punto diferente,
aquello hizo tu viaje totalmente distinto.

Te convertiste en mi musa diana,
a la que lanzo dardos envenenados
que se acaban volviendo pura magia.

El tiempo pasó,
como un pájaro que carga con un gran manto sobre los meses,
poniendo un océano entre nosotros.

Con una persona,
la lectura,

una mentira,
la soledad,

un viaje,
los excesos
y otras formas de salvarse.

Aprovechaste que siempre caía de pie,
como los gatos,
para empujarme a tus vacíos.
Hasta que un día me fui volando.

Nunca tuve paciencia para sobrevivir a una muerte lenta.
Dispara si tienes agallas,
pero no te mientas.
Más.

Bajo el frío hielo aún podían verse las costuras de un remiendo que hizo tiempo atrás,
cuando no tenía los medios para dejarlo sanar.

Nadie creyó en ti más que yo. Ahí estuvo el problema, que ni siquiera tú tuviste fe en ti misma.
La marea subió.
El tren se fue.
Adiós.

sábado, 15 de abril de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de abril de 2017


Con más de mil excusas
creaste la mentira perfecta
y ahora la única salida de emergencia
pasa por ser sincera contigo misma.

El recuerdo giraba como un tío vivo
sin luces ni música,
en un parque de atracciones abandonado.
Le aterrorizaba tocarlo.

Qué bien estaríamos los dos sentados con los pies colgando en las alturas,
mano sobre mano
y el equilibrio de mirarnos sin dudas.

Son esos ecos los que determinan quiénes somos. De todas las palabras que dijimos, solo oímos aquellas destinadas a volver.

Espero que estas palabras se queden en tu memoria y que te salven de ti misma cuando lo necesites. Aunque yo ya no esté en tu vida.

Acabé por encontrarte,
en mitad de la nada,
en un cruce de contrastes,
como el calor de una manta en un día de invierno helado.

Bajó el telón y salió corriendo. Pero su niño interior volvía cada noche. A veces sonaba música. La función no había acabado.

Te maldigo cuando vuelves
con tu escopeta cargada,
no te pienso más de lo que debo,
no te olvido ni a marchas forzadas.

Un día descubrirás que hace tiempo dejé de equilibrar tu bicicleta.
Sigue adelante.
Estaré esperando a que vuelvas a buscarme.

Nos vemos en tus sueños,
en tus suspiros inexplicables
y en todos los lugares de los que nunca podrás borrarme.

Comenzar un viaje contra el destino, a veces puede significar, toda una vida tratando de huir de esa persona.

Si quieres volar,
tienes que saber que tarde o temprano acabarás en el suelo.
El cielo se hizo para los valientes.

No te preocupes que ya no seré más,
tu distracción al volante,
el pasado del que renegar,
tu juguete roto,
tu molesta realidad.

Hay días que corro convencido de que persigo aquello que quiero, hasta que lo alcanzo y me pregunto de qué estoy huyendo.

Le llamaban Eclipse, porque en las contadas ocasiones que sonreía, su mundo se había quedado a oscuras.

viernes, 31 de marzo de 2017

#Microcuentos del 15 al 31 de marzo de 2017



Recuerda que en algún lugar del mundo está saliendo el sol. Llegará en un tiempo, si lo esperas o pronto, si vas a buscarlo tú.

Se alejaba de espaldas sin mirar atrás. Como un imán que sabe que si se gira, la atracción le hará quedarse para siempre.

Saca el sombrero y la varita
yo te asisto entre bastidores
unos trucos no son suficientes
necesitamos magia para parar esta rutina.

Siempre estás en lo que sientes.
Y es que me has besado más intensamente con la mirada, que a otros tantos con tus labios.

No gana el último que golpea, sino el que mejor sabe sobreponerse tras el combate.

Fuimos cesura - en un verso incompleto de principio.

Al final, nadie puede quedarse demasiado tiempo en un lugar que ya no existe sin anclarse, enloquecer o vagar a la deriva.

Sonreía con la confianza y la sombra de tristeza de aquel que comprende el juego, pero sabe que la victoria no está en su mano.

Me siento como un genio atrapado en la botella de un abstemio que solo bebe cuando quiere olvidar su futuro inacabado.

Límites del ser humano:
Tres semanas sin comer.
Tres días sin agua.
Tres horas sin refugio en condiciones extremas.
Tres minutos sin aire.
tres segundos sin verte sonreír.

Dejaría el mundo arder
con tal de acabar con este invierno
pero prefiero quemarme en tu piel
como un fuego fatuo en el desierto.

Algunos puntos suspensivos solo son abismos de tinta que contienen demasiadas palabras (incluso vidas) para ser escritas o dichas.

Qué complicado resulta vivir con una certeza que nadie más es capaz de ver y fingir ser parte de esa ceguera conjunta.

Las puertas entreabiertas arden igual que las cerradas y el humo que liberan advierte a la persona del otro lado: precaución.

Quiero que me aceptes por lo que soy
y no a pesar de lo que soy.
Porque los pesares, a la larga,
se vuelven cargas imposibles de sostener.

A veces por buscar algo distinto,
acabamos encontrando lo mismo.
Diferentes máscaras,
idéntico magnetismo.


miércoles, 15 de marzo de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de marzo de 2017


Te leo igual que se leen las curvas
dos piezas de puzle
que se rozan en la oscuridad de una caja
y saben que van a estar unidas.

Él rescató a su niña interior. En el mejor de los casos ella huía a otras realidades y en el peor, solo jugaba con él.

No temía la soledad en sí misma.
El problema eran las cosas que el tiempo arrastraba:
los recuerdos,
las prisas,
la añoranza…

Que eso del karma es para vidas sucesivas.
El camino correcto suele estar lleno de zanjas y heridas.
Avanza.
Ten fe.
No te rindas.

-¡Sálvese quien sueña solo durmiendo! - gritaba el despertador cada mañana.

Hay días que el mundo no es más que una cuerda de equilibrista que se balancea y por la que tenemos que seguir cruzando.

Como ya no la quería, tiró bien lejos la piedra y escondió las manos.
Sin saber que acabaría tropezando con ella tarde o temprano.

La dedicatoria del libro decía:

"Porque años de medicina no bastan. A las heridas más profundas solo se llega con palabras".

Me deshice hasta atravesar los huecos de su armadura Mas en ese espacio tan chico solo quedaba sitio para su soledad y amargura.

Hundimiento solo hubo uno.
El resto fueron recaídas.
Pero mi fuerza crecía cada vez que me levantaba a base de echarle ganas.

Lo mejor y lo peor de mi vida
sigo siendo yo.
Tú solo puedes hacer que la aguja apunte siempre hacia el optimismo.
Y yo,
contigo,
lo mismo.

Qué bien queda tu risa
enlatada por tus manos
cuando ríes a carcajadas,
entrecierras los ojos
y saltan felices tus lágrimas.


Olvidaste el daño
que provoca el retroceso
para alguien que dispara a quemarropa sus sentimientos.

Los días de extremo cansancio
los muros que me rodean se hunden
y estás al otro lado
como un atardecer que no acaba de ponerse.

Cuando una puerta se cierra
nos confinamos en un cuarto sin ventanas,
en vez de abrir los ojos a miles de caminos en la playa.



martes, 28 de febrero de 2017

#Microcuentos del 16 al 28 de febrero de 2017


La última niña perdida encontró a alguien con el síndrome de Peter Pan.
Nunca más volvió a faltar magia en su vida.

En este cementerio emocional de fantasmas del pasado
siempre hay árboles creciendo.
El bosque nos hará forajidos
del recuerdo.

A la hora de la siesta
alguien del piso de arriba arroja tus recuerdos al suelo
y el retumbar de canicas me despierta del sueño.

He pasado más de mil veces por tu casa sin encontrarme contigo.
Luego recuerdo que te has mudado lejos, a la calle del olvido.

El viento silbaba melodías para que las hojas pudieran bailar.
Aunque se desprendían del árbol,
ninguna caía,
todas echaban a volar.

Tenía guardado bajo la manga algo de tiempo, para dárselo a quien hubiera dedicado el suyo, a hacer volar sus horas juntos.

El olvido es como el juego de la escalera.
Cuando crees que vas a alcanzar la meta, una bajada te manda a la casilla de salida.

No quiero tener que mentirme.
Nunca lo había hecho antes.
Pero a estas alturas,
cualquier renuncio
es un empujón hacia delante.

La primera vez que nos rompen el corazón nos volvemos ángeles caídos.
Pasamos por el infierno y decidimos:
Tierra o inframundo.

Solo corre el viejo cobarde
cuando su niño interior está a punto de marcharse.

Nunca olvides que cuanta más tierra me tires para sepultarme, más profunda es la tumba que te cavas en adelante.

Tras cerrar un capítulo
debería venir otro en blanco.
Libre de destinos,
sin números ni letras,
donde podamos ser nosotros mismos.

jueves, 16 de febrero de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de febrero de 2017


Seré una fuga constante 
en la presa de tu decisión inamovible.
Hasta que tu cuarto se inunde
y tengas que salir a buscarme.

Si el olvido no llega, después de tanto tiempo, es que probablemente no estemos huyendo en la dirección correcta.

Crecer tras cada ciénaga del camino
para que cuando nos obliguen a cruzar la puerta cero, esta nos quede demasiado pequeña.

Que si vamos a rompernos cada cierto tiempo, habrá que aprovechar para que lo tóxico de la vida se evapore por las grietas.

Apagamos los destinos
y el libre albedrío nos pilló sonriendo como niños.

De nada sirve la luz encendida contra los monstruos bajo la cama.
Hay que combatirlos antes de que se fundan las bombillas.

Caminaba descalza por la playa,
pero no dejaba más huellas,
que los recuerdos que le pesaban.

-Sé lo que hace usted con nuestros cómplices - le decía el corazón a la razón - los liquida cuando se vuelven una amenaza.

Le regaló un salvoconducto
para poder recorrer su camino
sin tener que elegir a cada paso
entre perder o perderse a sí mismo.

Las relaciones personales son como los nudos:
de apriete,
de reversibilidad,
autobloqueantes,
de debilitamiento,
y de estabilidad.

Es inevitable.
Como romper las burbujas del envoltorio,
como buscar estrellas en la noche,
como sonreír cuando pienso en tus ojos.

Ni la lluvia ha podido borrar
la marca que dejé a la derecha de tu portal
Como una tinta que no se deshace
pase el tiempo que pase.

Erróneo es buscar la eternidad
para no volver a sufrir la pérdida.
Al recibir su primera rosa recordó la diferencia entre querer y amar que estableció el Principito
Y que al final de todo, acabaría por separarles.

Algunos conflictos implican un duelo, aunque a veces se nieguen hasta antes del combate, se sufran heridas y al final se acepte.



martes, 31 de enero de 2017

#Microcuentos del 16 al 31 de enero de 2017


Creo que pocas cosas suenan más que los pasos de un silencio que no se marcha, que sigue dando vueltas en el piso de arriba.

Una relación es como un farolillo.
El amor es el fuego.
Puede pasar por subidas, bajadas y tormentas,
pero solo puede extinguirlo esa misma llama.

Siempre viajaba para renovar su pasaporte de nostalgia:
Un lugar al que no se puede volver  
Un amor que no se puede tener 

La adivina siempre acertaba. Porque la suerte hacía girar los dados, pero las historias las llevaba cada uno dentro.



Y escribió el punto y final con tanta fuerza, que acabó por atravesar diversas páginas hacia un futuro ahora marcado.

Era tan bella,
como triste es el rastro de tinta que deja un escritor que sufre una gran pérdida.

Ver
mis huellas por todas partes
y descubrir
que las están creando tus pies.

Se quedó avivando el fuego
de un sueño que no le pertenecía.
Para que cuando él volviera,
un abrazo iluminaría todas sus noches.

Para mí el invierno dura,
el tiempo exacto entre dos besos tuyos.

El arte de olvidar consiste en saber mentir.
Al pasado: nunca fuimos nada
Al futuro: no seremos nada
Al presente: no existes.

Las heridas más frescas no son siempre las más recientes.

Como no quería
bocas de lobo,
lágrimas de cocodrilo,
ni trampas para osos
Eligió la soledad humana
hasta que sanase la herida.

Se miran desde andenes enfrentados.
Ni un gesto.
El tren de la realidad les divide.
Pero ellos siguen soñando.
No se rinden.

Mudar los ojos,
hasta que la realidad se mimetice.

Ya no hay vuelta atrás por este camino.
Tendrás que ser valiente y encontrar nuevas rutas si quieres regresar al mismo sitio.

domingo, 15 de enero de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de enero de 2017


Para un reloj,
su hora favorita dura un instante.
El tiempo exacto que debemos dedicar cada día a algo que nos haga felices.

Hoy es el primer día del resto de tu herida.

Quizá la persona adecuada sea aquella ante la que podamos mostrarnos indefensos y nos sigamos sintiendo seguros.

Eran tres los puntos suspendidos al final:
El punto y corra,
el punto y aparta
y el punto fatal.

Pasaban las estaciones
de una línea circular con solo 4 paradas
siempre cambiantes.
Y no se pensaba bajar
hasta que descarrilara.

Los Reyes Magos le trajeron una lista de lo perdido el año anterior y un vale de descuento en esfuerzo para el que venía.

Seguiré siendo la hoja que cae eternamente.
A veces movida por el viento,
pero siempre eligiendo yo
dónde acabaré por posarme.

Si algo nos enseña la escalada
es que hay que dejar a tiempo los apoyos que nos salvan
para poder seguir ascendiendo.

A veces,
la vida nos convierte en crupieres de la felicidad:
podemos repartir a nuestros seres queridos,
pero no podemos jugar.

El reencuentro perfecto:
Un libro clásico con olor a nuevo.

Se hizo corto el viaje
del polizón hacia el olvido,
arrojado en alta mar
con la pierna encadenada a un recuerdo vívido.

El valor de un secreto no se mide por su contenido, sino por la fuerza que nos une con la persona a la que se lo guardamos.

La bizarra resiliencia
del fruto del diente de león
negado a abandonar sus sueños
aunque le soplen con todas sus fuerzas.

-El Pasado siempre vuelve - me dijo el Presente justo antes de que sonara el timbre.
-¿Crees que al Futuro le importará si abro? - pregunté.

Un camino inexistente, equivocado o imposible.
Eso es el destino para aquellos que pretenden recorrerlo sin una pizca de valentía.

viernes, 6 de enero de 2017

Mejores #microcuentos 2016



Él tenía un punto de ombligo.
Ella una coma.
Hicieron una pausa en sus vidas sabiendo que algo diferente seguiría.

Y mandabas señales con balas de fogueo, sin comprender, que a cierta distancia podían resultar mortales.

Una vez que vi, la forma que tenían las palabras al salir de mis manos, hablar se volvió una forma de comunicación incompleta.

No es que tropecemos con la misma piedra una y otra vez. Es que amamos la sensación de volar antes de caer.

Rompimos las reglas y el mundo quedó a nuestra medida.

El error está, quizá, en buscar a aquella persona que sea nuestra debilidad, en vez de a una que potencie nuestras fortalezas.

Espero que no nos volvamos a encontrar recordando que fuimos demasiado cobardes para demostrarle a la vida que no tenía razón.

Que hay ciertas tormentas que tarde o temprano nos encuentran.
Y que la única forma de librarnos de ellas es atravesarlas.

Quizá la amistad consista en tener a quién contar dónde escondemos nuestros pilares, por si un día nos llegamos a derrumbar.

Y nada podrá ya cambiar todo aquello, excepto la verdad, que es capaz de destruir la mentira más perfecta.

Nunca pudimos evitar, huir de tierra firme, de rutas seguras, de calas tranquilas y echar amarre en el centro del vendaval.

Le regaló la luna creciente, para que ella pudiera rellenar el hueco que faltaba. Así la vería llena cada noche de su vida.

En esta historia el villano es el tiempo, imposible de derrotar. Se lleva todos los momentos y cada vez es más difícil recordar.

Con la historia, ocurrió como con las cerillas: Millones tuvieron que perder la cabeza para poder arrojar un poco de luz. 

Porque hay secretos a voces que es mejor mantener en silencio, no sea que un acto de valentía acabe por desencadenar un incendio.

Y si era cierto que el primer beso de amor daba la vida, no era de extrañar que el último lo diera la mismísima muerte.

Para ser la mejor tendrás que saber escribir cosas alegres incluso cuando estes triste. Y con escribir, me refiero a vivir.

sábado, 31 de diciembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 31 de diciembre de 2016


Nunca dejes que los sentimientos apaguen tus sueños de niña.
Los primeros cambian,
los segundos nos acompañan toda la vida.

Te encarcelé en un recuerdo,
hasta que no supe
quién era preso de quién.

Nos volvimos extraños
que recorren un bosque de tiempo,
por caminos distintos,
con la esperanza de encontrarse al otro lado.

A veces pienso que el destino solo es un niño pequeño que va uniendo los puntos de un dibujo infinito que no comprende.

Leer siempre será mi cuerda:
de salto,
de horca,
de vida,
de enlace,
de amarre,
de huida...

Cada 21 de diciembre el sol se quedaba quieto, admirando cómo los seres humanos lanzaban luces al cielo, en la noche más larga del año.

Daba la vuelta a sus historias.
Con principios que duelen, pero se soportan
y despedidas que ilusionan hasta pasar inadvertidas.

Mi corazón no está acostumbrado
a correr largas distancias.
Es más de carreras de obstáculos,
de acelerones,
de meses meditando...

Era una duda constante,
mi miedo a equivocarme
contra sus ganas de abrazarme
y el muro que nos separaba
empezaba a agrietarse.

La vida puede ser como un eterno calendario de adviento.
Solo tenemos que encontrar la parte dulce que se esconde en cada día.

No podrás olvidarme,
estaré siempre en tu vida:
Como una sombra que te impide ser del todo feliz
o
como la persona que la comparte.
Tú decides.

Mientras siguiera ocultando esa parte al mundo, la luna nunca podría brillar más que el resto de estrellas del cielo.

En esta historia Wendy nunca fue con Peter Pan.
Se hizo mayor.
Nunca Jamás se convirtió en su isla para el arrepentimiento.

Cuando la única respuesta posible es esperar, no te pares.
Busca un nuevo rumbo,
sigue remando,
sueña,
acabará llegando...

Cada día que la echaba de menos,
pintaba con tiza un trazo.
A final de año la ciudad resplandecía y ni la lluvia podía borrarlo.

Me marcho como el año,
en doce suspiros,
cierra los ojos,
pide un deseo.
Vuelvo contigo


miércoles, 14 de diciembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de diciembre de 2016



No era triste,
ni alegre,
tan solo diferente.
De esa clase de "hasta pronto",
que dejan abierta una infinidad de posibilidades.

Una moneda que no deja de girar.
Hipnotiza.
Las dos opciones se pisan.
Empiezan a pelear.
Hasta que ya no quieres ver qué caerá.

Escapar lejos solo era
otra barrera más de su raciocinio,
que seguía negando una realidad
en la que su corazón ya había elegido.

Guardaba fotos de los aviones que había perdido en su vida.
Solo para recordarse, que no todo se puede conseguir a la primera.

Bajamos las armas
y la ausencia dolía como granadas.

Todo el mundo quiere algo.
Pero solo algunos se quedan a esperar,
pocos rechazan los atajos
y casi nadie cree en ello de verdad.

Tan cerca como puedan estar dos personas que miran el 'online' de sus pantallas.
Tan lejos como el silencio les pueda situar.

Ciertos actos buenos que hacemos en la vida, pueden servirnos de eje temporal al que volver cuando nos hayamos perdido del todo.

Veo luces
y ninguna llega desde tu faro.
Cuando acabe la noche,
el amanecer me dirá
que vuelva a intentarlo.

Deshacíamos recuerdos rompiendo promesas que aún estaban por llegar.
Una especie de olvido hacia el futuro.

Después de ti
queda lo mismo que antes,
solo que la culpa imperante y yo
hemos hecho las paces
para que el camino
sea inolvidable.

El vértigo que da,
empezar una revolución
sin poder escuchar tu risa.

Al conocerse, le dijo que nunca había roto un corazón.
Hasta que en su despedida,
se vio sujetando los pedazos y el martillo.

No importa cuánto tiempo me lleve
pero acabarás queriéndote como te mereces.
Si no llegan las palabras,
inventaré un nuevo lenguaje.

Siempre pensamos en las balanzas,
pero el equilibrio también surge
cuando está bien rodeado 
un epicentro que se hunde.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 30 de noviembre de 2016



No sé si será verdad aquello de que tenemos lo que merecemos, pero ten por seguro que al final perdemos lo que desmerecemos.

Ahora que te has ido raudo como el tiempo,
puedo desempolvar aquella colonia que ya no huele a nosotros
y crear nuevos recuerdos.

El problema de estar varado,
es que cualquier brisa es recibida
como algo importante
y no todas llevan
al puerto adecuado.

Aquel que quema deliberadamente la primera hoja hasta dar con su principio perfecto, rara vez consigue elegir sus finales.

Con tu huida descubriste
que algunos vacíos pueden estar llenos de heridas.

El cordero acudía a la cabaña cada noche persiguiendo sus sueños y salía del matadero con un trozo de corazón menos.

El actor con trastorno de múltiple personalidad solo llevaba careta cuando no estaba actuando.

A veces doy largos paseos por la ciudad y me siento a oír a la luna tararear nuestra canción, que sigue sonando desde aquel día.

El mundo está tan lleno de caos y desorden, que cuando una persona encaja perfectamente y  de forma sencilla, asusta.
No te preocupes por las ganas,
saben encontrar puertas en el tiempo y volver cuando la marea baja y la playa sea siempre tu casa.

Estas muriendo de desidia.
Dices que estás enamorada de él, pero te levantadas pensando en otra persona cada día.

Tarde o temprano descubrirás que, aunque los problemas cambien, la fortaleza necesaria es la misma que ya has utilizado antes.

Afecto, Atracción, Amor, Alegría, Armonía, Alteración, Alarma, Agobio, Abandono, Aflicción, Ausencia, Aceptación, Autonomía...

Con el tiempo,
al igual que los ratones con las palancas electrificadas,
la mente aprende a no tocar determinados recuerdos.

La misma cercanía acaba pidiendo distancia cuando la longitud es tan mínima que la tensión acaba por hacer saltar las alarmas.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de noviembre de 2016


"Siempre estaré en duda contigo" - decía cada noche el León Valiente al León Cobarde antes de acostarse.

Quizá fueron demasiado buenos
o muy cobardes,
pero se quedaron a medio metro
de un beso imposible
y de condenarse.

No todas las despedidas matan,
pero muchos mueren por el silencio que las sigue.

Soy ese verso que cojea
pero rima bien,
un paso lento pero decidido,
donde van 
tus miedos superados,
el último niño perdido.

Que todo choque frontal con el pasado,
suele traer recuerdos,
puede provocar daños,
y siempre trata de hacernos recordar algo.

Y era de esa valentía
que no está reñida con el miedo,
sino con aquella que consiste en perseguir todo lo que creemos merecer.

Salvó a la chica
pero perdió la batalla.
Es el héroe que nadie quiere,
pero que todos necesitan.
Un guerrero
que nunca se rinde.

Y conocernos
como si fuera un juego
de no pisar la lava,
de perder o ganar,
con mil batallas
y una sola guerra
de almohadas.

Atraer hacia a ti,
lo que vas a alejar para siempre.
Eso es un abrazo de despedida.

Ella oía caracolas
cada vez que se acercaba al mar
y páginas pasar cuando le contaban historias.

Fue buscando en las personas de su pasado aquella que tuviera en sus ojos la imagen de la persona que quería volver a ser.

Su error fue pensar,
que la conquista era el meta y no el camino.
Todas las ciudades, al final, se acababan por sublevar.

Quizá el olvido sea un poco eso,
besos fríos en invierno
hasta que un día
dejas de sentirlos.

No paran en las estaciones.
Los trenes que cambian vidas se cogen en marcha:
saltando al techo,
corriendo por las vías,
sin miedo.

Un salvavidas se mantiene a flote para que no te hundas.
En su caso, se sumergía hasta el fondo para sacarte si era necesario.

lunes, 31 de octubre de 2016

#Microcuentos del 16 al 31 de octubre de 2016


Por muy cínica que sea la capa que nos protege, nunca estamos a salvo de ciertos flechazos emocionales.

El error está, quizá, en buscar a aquella persona que sea nuestra debilidad, en vez de a una que potencie nuestras fortalezas.

Cuando sabes el punto en el que estás perdido,
merece la pena perderse un poco más, 
cruzar alguna frontera,
volver a empezar.

Le regaló la luna creciente, para que ella pudiera rellenar el hueco que faltaba.
Así la vería llena cada noche de su vida.

En sus ojos había señales de alarma como para no acercarse a ese incendio. 
Los demás huían.
Yo necesitaba alcanzar esa llama.

Toda vuelta al principio
implica un viaje al pasado
en el que ya no eres el mismo
porque el tiempo
te ha cambiado.

Escribir con parte de tu piel,
ahogarte en tu propia tinta,
escupir el veneno restante
y volver a coger la pluma otra vez.

Hasta encontrarte,
tú eras,
mi huida hacia adelante.

Tenía el corazón atrapado en el tiempo,
ajeno a los cambios,
encontrando siempre espejos al pasado,
a aquel momento exacto.

Que todos ven
la amplitud de tu sonrisa
y pocos se fijan
en la curvatura justo después,
la de tu tristeza.
La que hay que combatir.

El amor viene y va.
Y no sé si me encuentro en el momento de salir a encontrarlo
o de que me venga a buscar.

Todo trata sobre esperar en esta vida.
Y que lo que hagamos con ese tiempo extra, determinará el cómo y el qué acabemos logrando.

De tanto quemarnos con la mirada
tuvimos que buscar nuevos puentes.
Y nos quedamos sin mecha
tratando de llegar al siguiente.

La elocuente hora, que el otoño nos robaba, rodeando todo de oscuridad, hacia un invierno que solo rescataría nuestra primavera.

Hay algunos libros, canciones, sabores... que se abren paso a tu corazón derribando todo lo conocido.
Y a veces es una persona.

No eran los monstruos bajo la cama,
los fantasmas del pasado,
la perpetua oscuridad,
ni la soledad acompañada.
Ella tenía miedo de los puntos suspensivos
que nunca se cerraban...

sábado, 15 de octubre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de octubre de 2016



Me observaba como se miran los libros en una vieja estantería llena de polvo.
Como si aún susurrasen versos a mi oído: quédate.

Solo era feliz cuando experimentaba la sensación de sentirse libre tras la huida.
Pero para eso antes tenía que dejarse atrapar.

Ciertas personas no se pueden quedar en nuestra vida y solo pasan para recordarnos qué debemos seguir buscando.
Sin rendirnos.

Al final buscamos la calma,
pero no cualquiera vale,
sin corrientes de viento,
estar varado
puede ser la peor de las tormentas.

El talón de Aquiles.
La espalda de Sigfrido.
El pelo de Sansón.
Tu mirada y yo.

En noches así
fingiremos ser el paracaídas del otro
porque el descenso puede ser compartido
pero el golpe lo recibimos solos.

Fue así, perfecto.
El tiempo que aguantamos antes de que el tsunami del tiempo nos arrastrara.

Tenía miedo de las personas demasiado profundas porque nunca sabía lo que podrían esconder en sus abismos personales.

Lo malo de verte en ciertos recuerdos
es que no puedo cambiarlos
por unas palabras distintas,
un abrazo a tiempo,
una despedida.

Para ser la mejor
tendrás que saber escribir cosas alegres incluso cuando estés triste.
Y con escribir,
me refiero a vivir.

Quiero ver tus chanclas volando en la distancia,
porque nos hemos perdido,
huyendo lejos de todo,
cerca del mar,
cerca de ti.

Lo que le hacía ser ella misma,
le mantenía escondido de los demás.
Hasta que la encontró a alguien que "la llevaba" al escondite.

Pese a que el reloj grabado en el medallón marcaba una hora y un minuto concreto, la conexión con la persona que se lo regaló, sobrevivía al tiempo.

Aparecieron sentimientos que solo habían existido con una persona concreta de su pasado.
Deja vú emocional.
Huir o dejarse llevar.

Lo más complejo de la melancolía es que no torne tristeza plena, llevándose todo el placer que podíamos encontrar en ella. 

viernes, 30 de septiembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 30 de septiembre de 2016



Siempre buscaba que el viento le golpeara en la cara para que su vendaval interno solo pareciera una suave brisa.

Pese a los fosos, las armaduras y las murallas... nada nos protege de la disyuntiva de perder o de tener que abrir nuestra alma a esa persona.

Parece que algunos viejos sueños
llegan un poco tardíos.
Suerte que guardé en una cápsula del tiempo las ilusiones para poder cumplirlos. 

Y que si tal como dices
no puedo cambiar tu destino,
hagamos de esto un viaje
por el que merezca la pena
perder el libre albedrío.

Haya guerra o paz,
en mis condiciones de rendición
siempre aparece escrito tu nombre.


Estaba sumido en ese momento,
en el que no sabes si ya tiene sentido
volver a la vida de alguien,
cuando todo va a ser distinto.

Ganaba a todos los juegos de azar,
perdía siempre que apostaba por las personas de su vida.

Porque hay que intentar
hacer que las cosas funcionen siempre
y no esperar
a que se estropeen
para tenerlas que reparar.

Siempre guardo las piezas sin sentido, las extrañas y las que nunca encajan.
Cuando el tiempo pasa,
acaban encontrando su sitio.

Qué difícil resulta tratar de extinguir un fuego cuando el azaroso viento no deja de avivar sus llamas.

"Aquella sería la última vez que nos veríamos"
Resulta duro decir eso de alguien.
La esperanza de un reencuentro nos acompaña hasta la muerte.

Dejemos que la distancia tenga su victoria completa.
No lleves mi recuerdo a tu espalda.
Mereces alcanzar todos tus sueños.
Sin cargas.

Y nada podrá ya cambiar todo aquello,
excepto la verdad,
que es capaz de destruir la mentira más perfecta.

Solo acepto
vivir bajo un techo
que tenga como límite las estrellas.
Siempre se puede más.
Y si tiene que llover,
que llueva.

Para aquel lector anónimo,
un escritor se hacía famoso,
cada vez que cuadraba un verso
con el estado actual de su caótica vida.

sábado, 17 de septiembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de septiembre de 2016


No quiero que vuelva nadie a mi vida
que no esté dispuesto a pagar
el precio de su despedida:
orgullo,
olvido,
odio
o distancia. 

Todo recuerdo tiene una parte de fantasía.
Tanta como costaría imaginarlo para que tuviera sentido en el presente.

Quizá haya algo más,
algo que tiene que ver con nosotros
porque todas las heridas duelen
pero solo algunas dejan cicatriz.

-Por aquí no es, nos hemos perdido - repetía la razón desde el día en que se conocieron.

Hay que aprender a aceptarlo.
No hay nada más peligroso que vivir negando que tenemos una piedra en el zapato.

Dejo pasar trenes
preguntándome hacia dónde van
y en todo lo que podré ganar
de todo lo que he perdido.
Avanzando.
Sin dudar.

Que ahora mismo no hay
peor compañía,
que la parte de mí
con el corazón roto.
Es hora de saber qué quiero,
de aprender a estar solo.

Cuando te canses:
de villanos disfrazados de príncipes,
canallas que no cambian,
que no sacan lo mejor de ti.
Vuelve a buscarme.

Vivía con la mente y el cuerpo en lugares separados
Cuando la primera tuvo que volver, se dio cuenta que no sabía dónde estaba.

Él tenía un punto de ombligo
Ella una coma.
Y juntos hicieron una pausa en sus vidas,
sabiendo que algo diferente le seguiría.

Algunas piezas perfectas
intentan tanto encajar
en el lugar equivocado
que al final de la partida
su puzle queda inacabado.

Demasiadas canciones acabaron
mientras dudaba si invitarte a la pista.
Se acabaron los silencios.
No pienso dejar de bailar.

Llevaba una llave colgada al cuello
con la que nunca abría nada,
pero llevaba ya mucho tiempo
cerrando historias.

Querías revivir lo nuestro.
Como si alguna vez hubiera salido bien aquello de resucitar a los muertos.

Tú decías
que era mejor saltar a la rutina
que caer al vacío
para seguir presentes en nuestras vidas.
Y yo
me moría de tedio.