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martes, 28 de febrero de 2017

#Microcuentos del 16 al 28 de febrero de 2017


La última niña perdida encontró a alguien con el síndrome de Peter Pan.
Nunca más volvió a faltar magia en su vida.

En este cementerio emocional de fantasmas del pasado
siempre hay árboles creciendo.
El bosque nos hará forajidos
del recuerdo.

A la hora de la siesta
alguien del piso de arriba arroja tus recuerdos al suelo
y el retumbar de canicas me despierta del sueño.

He pasado más de mil veces por tu casa sin encontrarme contigo.
Luego recuerdo que te has mudado lejos, a la calle del olvido.

El viento silbaba melodías para que las hojas pudieran bailar.
Aunque se desprendían del árbol,
ninguna caía,
todas echaban a volar.

Tenía guardado bajo la manga algo de tiempo, para dárselo a quien hubiera dedicado el suyo, a hacer volar sus horas juntos.

El olvido es como el juego de la escalera.
Cuando crees que vas a alcanzar la meta, una bajada te manda a la casilla de salida.

No quiero tener que mentirme.
Nunca lo había hecho antes.
Pero a estas alturas,
cualquier renuncio
es un empujón hacia delante.

La primera vez que nos rompen el corazón nos volvemos ángeles caídos.
Pasamos por el infierno y decidimos:
Tierra o inframundo.

Solo corre el viejo cobarde
cuando su niño interior está a punto de marcharse.

Nunca olvides que cuanta más tierra me tires para sepultarme, más profunda es la tumba que te cavas en adelante.

Tras cerrar un capítulo
debería venir otro en blanco.
Libre de destinos,
sin números ni letras,
donde podamos ser nosotros mismos.

jueves, 16 de febrero de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de febrero de 2017


Seré una fuga constante 
en la presa de tu decisión inamovible.
Hasta que tu cuarto se inunde
y tengas que salir a buscarme.

Si el olvido no llega, después de tanto tiempo, es que probablemente no estemos huyendo en la dirección correcta.

Crecer tras cada ciénaga del camino
para que cuando nos obliguen a cruzar la puerta cero, esta nos quede demasiado pequeña.

Que si vamos a rompernos cada cierto tiempo, habrá que aprovechar para que lo tóxico de la vida se evapore por las grietas.

Apagamos los destinos
y el libre albedrío nos pilló sonriendo como niños.

De nada sirve la luz encendida contra los monstruos bajo la cama.
Hay que combatirlos antes de que se fundan las bombillas.

Caminaba descalza por la playa,
pero no dejaba más huellas,
que los recuerdos que le pesaban.

-Sé lo que hace usted con nuestros cómplices - le decía el corazón a la razón - los liquida cuando se vuelven una amenaza.

Le regaló un salvoconducto
para poder recorrer su camino
sin tener que elegir a cada paso
entre perder o perderse a sí mismo.

Las relaciones personales son como los nudos:
de apriete,
de reversibilidad,
autobloqueantes,
de debilitamiento,
y de estabilidad.

Es inevitable.
Como romper las burbujas del envoltorio,
como buscar estrellas en la noche,
como sonreír cuando pienso en tus ojos.

Ni la lluvia ha podido borrar
la marca que dejé a la derecha de tu portal
Como una tinta que no se deshace
pase el tiempo que pase.

Erróneo es buscar la eternidad
para no volver a sufrir la pérdida.
Al recibir su primera rosa recordó la diferencia entre querer y amar que estableció el Principito
Y que al final de todo, acabaría por separarles.

Algunos conflictos implican un duelo, aunque a veces se nieguen hasta antes del combate, se sufran heridas y al final se acepte.



martes, 31 de enero de 2017

#Microcuentos del 16 al 31 de enero de 2017


Creo que pocas cosas suenan más que los pasos de un silencio que no se marcha, que sigue dando vueltas en el piso de arriba.

Una relación es como un farolillo.
El amor es el fuego.
Puede pasar por subidas, bajadas y tormentas,
pero solo puede extinguirlo esa misma llama.

Siempre viajaba para renovar su pasaporte de nostalgia:
Un lugar al que no se puede volver  
Un amor que no se puede tener 

La adivina siempre acertaba. Porque la suerte hacía girar los dados, pero las historias las llevaba cada uno dentro.



Y escribió el punto y final con tanta fuerza, que acabó por atravesar diversas páginas hacia un futuro ahora marcado.

Era tan bella,
como triste es el rastro de tinta que deja un escritor que sufre una gran pérdida.

Ver
mis huellas por todas partes
y descubrir
que las están creando tus pies.

Se quedó avivando el fuego
de un sueño que no le pertenecía.
Para que cuando él volviera,
un abrazo iluminaría todas sus noches.

Para mí el invierno dura,
el tiempo exacto entre dos besos tuyos.

El arte de olvidar consiste en saber mentir.
Al pasado: nunca fuimos nada
Al futuro: no seremos nada
Al presente: no existes.

Las heridas más frescas no son siempre las más recientes.

Como no quería
bocas de lobo,
lágrimas de cocodrilo,
ni trampas para osos
Eligió la soledad humana
hasta que sanase la herida.

Se miran desde andenes enfrentados.
Ni un gesto.
El tren de la realidad les divide.
Pero ellos siguen soñando.
No se rinden.

Mudar los ojos,
hasta que la realidad se mimetice.

Ya no hay vuelta atrás por este camino.
Tendrás que ser valiente y encontrar nuevas rutas si quieres regresar al mismo sitio.

domingo, 15 de enero de 2017

#Microcuentos del 1 al 15 de enero de 2017


Para un reloj,
su hora favorita dura un instante.
El tiempo exacto que debemos dedicar cada día a algo que nos haga felices.

Hoy es el primer día del resto de tu herida.

Quizá la persona adecuada sea aquella ante la que podamos mostrarnos indefensos y nos sigamos sintiendo seguros.

Eran tres los puntos suspendidos al final:
El punto y corra,
el punto y aparta
y el punto fatal.

Pasaban las estaciones
de una línea circular con solo 4 paradas
siempre cambiantes.
Y no se pensaba bajar
hasta que descarrilara.

Los Reyes Magos le trajeron una lista de lo perdido el año anterior y un vale de descuento en esfuerzo para el que venía.

Seguiré siendo la hoja que cae eternamente.
A veces movida por el viento,
pero siempre eligiendo yo
dónde acabaré por posarme.

Si algo nos enseña la escalada
es que hay que dejar a tiempo los apoyos que nos salvan
para poder seguir ascendiendo.

A veces,
la vida nos convierte en crupieres de la felicidad:
podemos repartir a nuestros seres queridos,
pero no podemos jugar.

El reencuentro perfecto:
Un libro clásico con olor a nuevo.

Se hizo corto el viaje
del polizón hacia el olvido,
arrojado en alta mar
con la pierna encadenada a un recuerdo vívido.

El valor de un secreto no se mide por su contenido, sino por la fuerza que nos une con la persona a la que se lo guardamos.

La bizarra resiliencia
del fruto del diente de león
negado a abandonar sus sueños
aunque le soplen con todas sus fuerzas.

-El Pasado siempre vuelve - me dijo el Presente justo antes de que sonara el timbre.
-¿Crees que al Futuro le importará si abro? - pregunté.

Un camino inexistente, equivocado o imposible.
Eso es el destino para aquellos que pretenden recorrerlo sin una pizca de valentía.

viernes, 6 de enero de 2017

Mejores #microcuentos 2016



Él tenía un punto de ombligo.
Ella una coma.
Hicieron una pausa en sus vidas sabiendo que algo diferente seguiría.

Y mandabas señales con balas de fogueo, sin comprender, que a cierta distancia podían resultar mortales.

Una vez que vi, la forma que tenían las palabras al salir de mis manos, hablar se volvió una forma de comunicación incompleta.

No es que tropecemos con la misma piedra una y otra vez. Es que amamos la sensación de volar antes de caer.

Rompimos las reglas y el mundo quedó a nuestra medida.

El error está, quizá, en buscar a aquella persona que sea nuestra debilidad, en vez de a una que potencie nuestras fortalezas.

Espero que no nos volvamos a encontrar recordando que fuimos demasiado cobardes para demostrarle a la vida que no tenía razón.

Que hay ciertas tormentas que tarde o temprano nos encuentran.
Y que la única forma de librarnos de ellas es atravesarlas.

Quizá la amistad consista en tener a quién contar dónde escondemos nuestros pilares, por si un día nos llegamos a derrumbar.

Y nada podrá ya cambiar todo aquello, excepto la verdad, que es capaz de destruir la mentira más perfecta.

Nunca pudimos evitar, huir de tierra firme, de rutas seguras, de calas tranquilas y echar amarre en el centro del vendaval.

Le regaló la luna creciente, para que ella pudiera rellenar el hueco que faltaba. Así la vería llena cada noche de su vida.

En esta historia el villano es el tiempo, imposible de derrotar. Se lleva todos los momentos y cada vez es más difícil recordar.

Con la historia, ocurrió como con las cerillas: Millones tuvieron que perder la cabeza para poder arrojar un poco de luz. 

Porque hay secretos a voces que es mejor mantener en silencio, no sea que un acto de valentía acabe por desencadenar un incendio.

Y si era cierto que el primer beso de amor daba la vida, no era de extrañar que el último lo diera la mismísima muerte.

Para ser la mejor tendrás que saber escribir cosas alegres incluso cuando estes triste. Y con escribir, me refiero a vivir.

sábado, 31 de diciembre de 2016

#Microcuentos del 16 al 31 de diciembre de 2016


Nunca dejes que los sentimientos apaguen tus sueños de niña.
Los primeros cambian,
los segundos nos acompañan toda la vida.

Te encarcelé en un recuerdo,
hasta que no supe
quién era preso de quién.

Nos volvimos extraños
que recorren un bosque de tiempo,
por caminos distintos,
con la esperanza de encontrarse al otro lado.

A veces pienso que el destino solo es un niño pequeño que va uniendo los puntos de un dibujo infinito que no comprende.

Leer siempre será mi cuerda:
de salto,
de horca,
de vida,
de enlace,
de amarre,
de huida...

Cada 21 de diciembre el sol se quedaba quieto, admirando cómo los seres humanos lanzaban luces al cielo, en la noche más larga del año.

Daba la vuelta a sus historias.
Con principios que duelen, pero se soportan
y despedidas que ilusionan hasta pasar inadvertidas.

Mi corazón no está acostumbrado
a correr largas distancias.
Es más de carreras de obstáculos,
de acelerones,
de meses meditando...

Era una duda constante,
mi miedo a equivocarme
contra sus ganas de abrazarme
y el muro que nos separaba
empezaba a agrietarse.

La vida puede ser como un eterno calendario de adviento.
Solo tenemos que encontrar la parte dulce que se esconde en cada día.

No podrás olvidarme,
estaré siempre en tu vida:
Como una sombra que te impide ser del todo feliz
o
como la persona que la comparte.
Tú decides.

Mientras siguiera ocultando esa parte al mundo, la luna nunca podría brillar más que el resto de estrellas del cielo.

En esta historia Wendy nunca fue con Peter Pan.
Se hizo mayor.
Nunca Jamás se convirtió en su isla para el arrepentimiento.

Cuando la única respuesta posible es esperar, no te pares.
Busca un nuevo rumbo,
sigue remando,
sueña,
acabará llegando...

Cada día que la echaba de menos,
pintaba con tiza un trazo.
A final de año la ciudad resplandecía y ni la lluvia podía borrarlo.

Me marcho como el año,
en doce suspiros,
cierra los ojos,
pide un deseo.
Vuelvo contigo


miércoles, 14 de diciembre de 2016

#Microcuentos del 1 al 15 de diciembre de 2016



No era triste,
ni alegre,
tan solo diferente.
De esa clase de "hasta pronto",
que dejan abierta una infinidad de posibilidades.

Una moneda que no deja de girar.
Hipnotiza.
Las dos opciones se pisan.
Empiezan a pelear.
Hasta que ya no quieres ver qué caerá.

Escapar lejos solo era
otra barrera más de su raciocinio,
que seguía negando una realidad
en la que su corazón ya había elegido.

Guardaba fotos de los aviones que había perdido en su vida.
Solo para recordarse, que no todo se puede conseguir a la primera.

Bajamos las armas
y la ausencia dolía como granadas.

Todo el mundo quiere algo.
Pero solo algunos se quedan a esperar,
pocos rechazan los atajos
y casi nadie cree en ello de verdad.

Tan cerca como puedan estar dos personas que miran el 'online' de sus pantallas.
Tan lejos como el silencio les pueda situar.

Ciertos actos buenos que hacemos en la vida, pueden servirnos de eje temporal al que volver cuando nos hayamos perdido del todo.

Veo luces
y ninguna llega desde tu faro.
Cuando acabe la noche,
el amanecer me dirá
que vuelva a intentarlo.

Deshacíamos recuerdos rompiendo promesas que aún estaban por llegar.
Una especie de olvido hacia el futuro.

Después de ti
queda lo mismo que antes,
solo que la culpa imperante y yo
hemos hecho las paces
para que el camino
sea inolvidable.

El vértigo que da,
empezar una revolución
sin poder escuchar tu risa.

Al conocerse, le dijo que nunca había roto un corazón.
Hasta que en su despedida,
se vio sujetando los pedazos y el martillo.

No importa cuánto tiempo me lleve
pero acabarás queriéndote como te mereces.
Si no llegan las palabras,
inventaré un nuevo lenguaje.

Siempre pensamos en las balanzas,
pero el equilibrio también surge
cuando está bien rodeado 
un epicentro que se hunde.