Tras aquella mirada de indiferencia se sintió como un niño que le pide a su madre ir a la guerra con una espada de madera. #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 1 de mayo de 2013
En noches como esta,mi mente tiende a escapar, xq mi cuerpo se tiene q quedar aquí.Me abrazo al sueño y el sueño se abraza a mí #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 2 de mayo de 2013
Volvió de su viaje y habló durante días. Así derribó los grilletes q retenían sus historias y huyó de la cárcel de sus palabras #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 3 de mayo de 2013
Guardaba los ataques de ira y de rabia en su interior.Cuando su fuerza de voluntad se quebraba, sacaba todo el odio q albergaba #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 4 de mayo de 2013
Ella le esperaba al borde del acantilado. Si él no pronunciaba la palabra exacta, saltaría al vacío. El silencio se hizo eterno #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 5 de mayo de 2013
El papel donde estaba escrita su historia, era ahora la venda que cubría sus heridas. Comprendió por qué ya no serían amigos #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 6 de mayo de 2013
Todos los recuerdos se perdieron por su mente.Cuando encontraba alguno, sentía q miraba una postal antigua con dos desconocidos #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 7 de mayo de 2013
Aprovechaba los días de sol para quemar con una lupa los gusanos d su estómago.No quería volver a sentir mariposas revoloteando #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 8 de mayo de 2013
Apareció de entre las sombras y me susurró:-Mira hacia adelanteCuando alzé la vista, la tumba de ella seguía frente a mí. #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 9 de mayo de 2013
Lo que él se imaginaba, lo que nunca llegará, son dos pájaros que se separan y mueren en el mar. #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 10 de mayo de 2013
Viendo que llegaba el final, el cerebro hizo de las suyas. Ensalzó los grandes momentos mientras los malos iban desapareciendo #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 11 de mayo de 2013
Aquel niño contaba siempre la misma historia de forma diferente.Necesitaba saber que sus protagonistas podían burlar al destino #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 12 de mayo de 2013
Empezó a llover.Él miró hacia el cielo con remordimientos. Seguiría pagando su penitencia. Avanzó envuelto en un frío silencio#microcuento
— fran_mf (@Franicie) 13 de mayo de 2013
En noches como esta, el viento me hace volar. Me subo en una corriente cálida, recorro toda la ciudad. El mundo deja de existir #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 14 de mayo de 2013
Mes y medio antes de los exámenes se conocieron. Desde que vio aquella sonrisa, supo que la convocatoria iba a ser un desastre #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 15 de mayo de 2013
Al tachar el día siguiente del calendario por error, comprendió que iba a ser un día perdido. No se molestó en salir de la cama #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 16 de abril de 2013
Quería perderse y dejar todo atrás. Pero no era capaz de cortar las cadenas invisibles que le ataban. Cada noche volvía a soñar #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 17 de abril de 2013
Sus miradas se cruzaron tras muchos años. El hechizo se rompió cuando sus parejas volvieron.Se separaban. Esta vez para siempre #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 18 de abril de 2013
Sabía q no era lo mejor, pensaba q no era lo mejor y sentía q no era lo mejor. Sin embargo lo hacía, sin saber muy bien por qué #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 19 de abril de 2013
Sentado en el tren miró por la ventana y la vio. Quizá estuvo allí, quizá solo lo imaginó, pero nunca más volvería a verla #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 20 de abril de 2013
El flechazo fue instantáneo solo con verse.Tras la primera cita descubrieron q tenían mucho en común. Ninguno aguantaba al otro #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 21 de abril de 2013
Se repetía la historia d su vida para saber quién era.No comprendía q algunos capitulos habían cambiado y él ya no era el mismo #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 22 de abril de 2013
Cuando se enamoró,las estrellas bajaron a verles.Tardes en el lago y viajes inolvidables.Era perfecto y nunca pasó de su mente #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 23 de abril de 2013
Adoraba ver en los ojos de los hombres la chispa de magia cuando ella les sonreía. Soñaba encontrar a alguien a quien mirar así #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 24 de abril de 2013
La aventura llegaba a su final tras 6 años. Celebrándolo en la taberna, la nostalgia les invadió entre copa y copa de alcohol #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 25 de abril de 2013
Ante un nuevo fracaso,no podía dejar de sonreir.Fuera le esperaban nuevas aventuras.Pactaría con el tiempo un ajuste de cuentas #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 26 de abril de 2013
Necesitaba entender que el presente solo era un medio para alcanzar un futuro mejor, y sortear así, las trampas del destino #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 27 de abril de 2013
En cuánto la vio x primera vez lo supo todo.Se enamoraría, sufriría y ella nunca le iba a querer...xo no podía dejar de mirarla #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 28 de abril de 2013
Cansada de ocultarlo, se quitó las gafas de sol. Amaría a aquel que consiguiese ver las cicatrices de su alma sin asustarse. #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 29 de abril de 2013
Naufragando en la tormenta, el niño le preguntó al capitán:-¿Por qué sonríe?-Porque mientras siga creyendo, todo es posible #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 30 de abril de 2013
El punto de visión al que enfocaban los ojos del robot coincidía con el avión de papel. Sin embargo, su mirada era fría, como la de un niño que sabe que ha cometido un hecho terrible y a la vez se muestra confundido porque no lo entiende.
Los robots llevaban tiempo programados para tener sentimientos implantados en su inteligencia artificial. Pero aquel niño robot era el primero, tras una serie de fracasos, que había sido fabricado con la capacidad de imaginar.
Acababa de lanzar un avión lleno de gente desde una punta de la habitación a otra. Esto había provocado una catástrofe mayúscula al entrar en contacto con el suelo.
No comprendía por qué se le había activado el sentimiento de culpabilidad por algo que su cerebro analítico no detectaba.
Cada fin de año a las 12 arrojaba al lago todo lo posible, aun a sabiendas, de que por la mañana los recuerdos volvían a flote #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 1 de abril de 2013
Al envejecer comenzó a quitar nombres de su lista negra. La muerte le cedió la pluma para tachar el suyo propio,no quedaban más #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 2 de abril de 2013
Al fin comprendió q merecía la pena volverse vulnerable si era x él.Recordaría aquel momento cuando meses después la destruyera #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 3 de abril de 2013
Ante su eterno pesimismo le dijo:"La suerte se la busca uno, aunque a veces sea ella la que nos encuentre..." #microcuento#microrelato
— fran_mf (@Franicie) 4 de abril de 2013
Abandonó los recuerdos de una humanidad ya lejana. Dejando de lado todo y sobreviviendo a un irrefrenable deseo por no morir #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 5 de abril de 2013
¿Te quiso?Supongo q sí,aunq quizá solo fue su humano intento por evitar la soledad.El olvido sonó,xo tu no te sabías la canción #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 6 de abril de 2013
Se escondió, cavó trincheras y montó muros con alambre.Apuntando, se sentó a esperar.Cuando el pasado regresase, abriría fuego #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 7 de abril de 2013
Ya no le llegaban las palabras para crear historias.Resignado,se sentó a mirar las nubes. Alguna cogería la forma de sus sueños #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 8 de abril de 2013
"No paramos,no quisimos, nunca dimos nada por perdido, recorrimos el mundo sin rendirnos" Era el epitafio de dos viejos amigos #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 9 de abril de 2013
El día iba a peor. Se decidió a sonreir. No sabía si era la risa de un loco, la de un niño o la de un borracho. Pero funcionaba #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 10 de abril de 2013
Dejó sus costas abiertas, esperando q ella naufragara. Los meses pasaban entre canciones tristes y alcohol,mirando al horizonte #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 11 de abril de 2013
No reconoció a Peter Pan cuando volvió siendo adulto a Nunca Jamás.Aquel niño perdido había dejado de creer.Su mente era adulta #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 12 de abril de 2013
El silencio llevaba tantos años aderezando la relación,que cuando él fue a decir algo, ella le calló con la mirada #microcuento#microrelato
— fran_mf (@Franicie) 13 de abril de 2013
Lo peor de coger la máquina del tiempo y viajar al futuro,es q todos los demás habían cambiado,pero él seguía exactamente igual #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 14 de abril de 2013
Cogió un poco de cada uno de los amores de su pasado para formar su pareja perfecta.No recordó q ninguno de ellos le quería ya. #microcuento
— fran_mf (@Franicie) 15 de abril de 2013
Hoy
quiero escribirte esta carta. Puede que sea una forma de conservar en
una bola de nieve nuestra historia. Que aunque el tiempo pase, solo
nevará si alguien intenta agitar el recipiente que contiene nuestros
recuerdos. Pero seguirán intactos en esa esfera de cristal.
Me
resulta tan complicado escribir sobre algo que ya no existe. Nunca
pretendimos ser nada, solamente nos queríamos y eso bastaba. Así
era la doble cara de la moneda: lo nuestro era puro, pero a la vez se
hundiría cuando uno dejase de amar.
Pero
nos quisimos, limamos nuestras personalidades y aprendimos cosas que
únicamente nosotros podíamos enseñar. Por ello, siempre llevaremos
una parte del otro dentro, tan dentro, que dudo que ya sepamos qué
conseguimos por nuestra cuenta y qué nos regalamos mutuamente.
Y
es que en el fondo, nos dimos todo lo que pudimos hasta quedarnos sin
aire. Y cuando quisimos mirar hacia delante, la cercanía nos
ahogaba.
Quiero
pensar que las últimas semanas, cuando luchábamos por mantener a
toda costa estable nuestra relación, forman parte de un proceso.
Desde la última palabra que me gritaste mientras abandonaba nuestro
piso, hasta la primera vez que nuestras miradas se encontraron en
aquel caluroso mes de julio.
Todo
en esta vida acaba tarde o temprano. La diferencia, es que a veces la
historia continúa con un capítulo nuevo en el que sus protagonistas
se reinventan. Mientras que en otros, un desenlace triste, finaliza
un libro que el lector dictamina como breve. Pero a fin de cuentas
todo termina. Y yo no quiero arrancar las hojas finales de nuestra
obra, por muy odiados que se vuelvan sus personajes.
Simplemente
así fue, así es y así será. Mientras esta carta sobreviva al
tiempo.
Porque
ya descubrirás que no te puedes fiar ni de tus recuerdos.
Todo
esto sólo para decirte, que espero que me lleves con cariño. Que me
gustaría pensar que alguien, en algún momento, en algún lugar...
piensa en mí y sonríe.