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sábado, 31 de octubre de 2015

#Microcuentos del 16 al 31 de octubre de 2015


Cuantas veces maldecimos la tormenta, sin apreciar, que algunas cosas solo podemos dejarlas atrás cuando arrecia el vendaval.

Probablemente no te olvide mañana, ni pasado mañana, ni al día siguiente...
Aunque no tenga realmente motivos para recordarte.

Cuando entiendas este baile
vuelve a buscarme
No quiero verte perfecta
como en las fotos
Solo despeinada
Como tú eres
Radiante.

El reloj marcaba la hora de un momento que no llegaba nunca.

El lenguaje del orgullo es un silencio que espera y agoniza.
Y que solo la muerte vestida de palabras lo acalla.

Tienes que soltarme
porque estamos precipitándonos
hacia un abismo inevitable.
Tú puedes salvarte
pero yo no.
Es demasiado tarde.

Son esas brechas de la vida.
Momentos
que marcan un antes y un después,
que nos cambiaron 
y a los que ya no podemos volver.

Había sido como un bello cuadro clavado en la pared de su vida.
Al marcharse solo quedó la sombra negra que el tiempo deja.
Vacía.

Si la vida son ciclos
espero tener la suficiente fuerza
para saltar a tiempo del tiovivo
y caer contigo
en la siguiente vuelta.

Las palabras no sacan el veneno
pero alivian el dolor de la herida.

Fue tan complicado
reinventar las reglas
y seguir dejando un remanso paz
al que volver
cuando empezáramos a romperlas
Otra vez

No puedo culparte
por que te quisieras salvar
A veces desearía poder olvidar tan rápido
Como hiciste tú
Como hizo la verdad

Que cuando el alma se llena de cicatrices, es casi inevitable reabrir viejas heridas para hacer hueco a nuevos recuerdos.

No todos los amores merecen ser recordados
y sin embargo
cuántos llevamos colgando al cuello,
que llegan incluso a ahogarnos.

Te di mi noche
como pude darte mi vida
pero preferí enseñarte parte de mis cartas
para que tú te arriesgaras a jugar la partida.

Deja de buscar finales de cuento
Ni yo soy Lancelot
ni tú la princesa del reino
Quédate en este mundo
Imperfecto.
Pero nuestro.

jueves, 15 de octubre de 2015

#Microcuentos del 1 al 15 de octubre de 2015



Aunque al final no ocurra nada
las cosas nunca quedan igual
alguna ilusión se apaga,
algún temor muere,
algo nuevo se aprende.

Pese a que parezca derrotado,
no es el primer golpe que recibo.
Mientras siga siendo yo mismo
jamás me habrás vencido.

Dejándose llevar poco a poco
despertó un día en una isla desierta
preguntándose por qué la mar le había olvidado tan rápido.

En ciertas ocasiones no es que las personas cambien, sino que existían creencias irracionales de que eran distintas.

Mira 
mis piedras tropezadas
mis causas perdidas
mis sueños rotos
Y entonces entenderás mis ganas
la fuerza de mi sonrisa...

Algunos recuerdos son como abismos,
si te asomas demasiado
es casi imposible volver entero.

El recuerdo seguía
corriendo a favor del tiempo
en contra de las agujas del reloj
Intentando sobrevivir
en su caótica memoria.

Yo me fui y bueno
supongo que como dices 
no te diste cuenta a tiempo
De que era mayor
lo que perdías
que tu orgulloso silencio.

Tu foto decía que estabas bien
siempre fuiste de crear falsas realidades
para protegerte.
De ti
De mí
Del vacío que dejaste.

Gente que dejamos atrás sin decir tan si quiera adiós.
Como barcos de papel en un mar que engulle las despedidas en su oleaje.

Mientras pudiera esconder la verdad con otra verdad.
La esperanza seguiría viva en algún instante del tiempo
y en algún lugar.

Algunos silencios son como escribir con un bolígrafo sin tinta, difíciles de apreciar, pero que igualmente dejan huella.

Decías que iba a irme
Yo nunca lo planifiqué
Pero fue imposible mantener el equilibrio cuando tus temores provocaban huracanes.

Ya no queda nada que remover.
No vuelvas
Comienzo una nueva vida.
La soledad y yo aún tenemos mucho que aprender.

La de cosas que lanzamos para que se lleve el viento y que antes de que toquen tierra queremos que vuelvan....


martes, 6 de octubre de 2015

Dos idiotas fantásticos



Hace tiempo que no le escribo una carta a nadie y he pensado que, de retomar esta nostálgica costumbre, poca gente lo merecería más que tú. Sabes que nunca entendí muy bien aquello del paso del tiempo, algunos sentimientos parecen vivir congelados en zonas invisibles de la mente. Así que si ahora mismo no me recuerdas, lo entiendo, hace ya mucho descubrí las desventajas de tener un corazón con buena memoria. A veces creo que podría sacar un historial con momentos y personas de lo más detallado.

Si mis rodeos al escribir siguen sin hacer que te acuerdes, no te preocupes, en algún párrafo de esta carta encontrarás las respuestas. No seguiré divagando: yo era la otra rueda de la bicicleta y la locura, la cadena que nos ataba e impulsaba sin detenerse ni un segundo. Nunca pensábamos en nosotros, a veces la vida te ofrece un globo y no te preguntas qué pasará cuando llegues arriba, te subes y punto. No hay vuelos todos los días. La gente nos advertía de la caída ¿Qué podíamos decir? Siempre quisimos hacer salto base.


El tiempo pasa de forma distinta cuando estas en otro mundo. ¿Fueron meses? ¿Fueron años? Prometimos que nunca íbamos a calcularlo. Por eso es probable que nunca acierte cuando me preguntan la edad. Todos somos idiotas a nuestra manera.


Siempre creímos que la locura nos atraparía y que se volvería incontrolable hasta que cruzamos la línea. Entonces nos encontraríamos en el ojo del huracán. Allí volvería la cordura. Tú eras un coche de montaña y yo el barco que fondeaba cerca de las playas. Personas diferentes que seguirían rumbos distintos. Pero ese punto no llegaba y nos vimos obligados a seguir avanzando siempre un poco más. Poco importaba que estuviéramos bordeando ya precipicios. Nos habíamos vuelto adictos a la adrenalina, necesitábamos subir la dosis, debíamos aumentar la velocidad más y más.


Tú lo llamaste destino, yo siempre fui más pragmático ante aquel hecho casual. Sea lo que fuere, nos tuvimos que separar y pienso que tuvimos suerte, no a todo el mundo se le abre así de fácil una oportunidad. Seguimos escribiéndonos hasta preguntarnos por qué eramos amigos, si siempre decíamos que la gente normal era aburrida. Y es que estábamos como recién levantados de un sueño raro, apenas podíamos articular nada que tuviera algo de sentido. Más tarde desaparecimos, no recuerdo quién le debía una carta a quién, ahora ya no importa.


No pretendo contar nuestra historia, solo darte pedazos de una llave que abre la parte de tu mente donde la dejaste guardada. Porque esta mañana encontré la única foto que nos hicimos, ya sabes, aquella justo antes de saltar. Quiero pensar que sigues atrapada en uno de los relatos que me contabas nada más despertarte, que no has abandonado tu parte más especial.


Todo el mundo necesita un amor intrascendente, para el total de una vida, pero esencial para un momento concreto de ella. Lo diré sin melancolías: fuimos seres únicos en un único momento, algo que nunca podrá repetirse. Eso es lo que lo hace perfecto. Y que siempre que mire aquella imagen, pensaré que eramos dos idiotas fantásticos viviendo eternamente un cuento.


miércoles, 30 de septiembre de 2015

#Microcuentos del 16 al 30 de septiembre de 2015


La vida es una serie de eternas despedidas donde no importa quién se va, sino lo que queda en el alma de los que se despiden.

Solo porque creas que no hay otra pieza que quiera encajar, en ese hueco, no significa que sea la adecuada.

Y si te vienes conmigo prometo que será una historia que no haya escrito nadie.
Un relato perdido sobre un interminable viaje.

Ella era preciosa
aunque no diría que fuera especialmente guapa
¿Acaso importaba?
Su sonrisa hacía que todo alrededor brillara.

La ceguera es, simplemente, los sentidos envenenados por las falsas expectativas que nos inoculamos a nosotros mismos.

En el callejón de las palabras, que nunca se dijeron, los silencios tienen eco.

Nunca le importó recorrer laberintos
hasta perder un poco de cordura
si con ello conseguía salir
con algún nuevo tipo de locura.

Me volví
tu opción no elegida
tu duda constante
tu oportunidad perdida
la ruta que no tomaste
El arrepentimiento de cada día.

-Pero bailar por bailar no tiene sentido.
-Como la mayoría de las cosas importantes de la vida supongo.

Todo irá bien,
siempre tuvimos fama de valientes
llevaremos a cuestas la carga
tan lejos como dure el recuerdo de nosotros.

El destino me buscaba las cosquillas
hasta que enloqueciera de la risa.
¿Merecía la pena aquella felicidad aunque fuera fingida?

Nunca te fíes de las personas que están enteras: 
o son demasiado frías
o nunca se han arriesgado por nada en la vida.

En ese mismo instante descubrí que sonreírte había sido el acto más reflejo que había tenido en toda mi improvisada vida.

Si se pudiera escuchar el sonido de dos personas que se piensan a la vez. Tú y yo viviríamos en una eterna tormenta de verano.

Tú crees que me conoces
que yo soy tu comba para jugar
Pero lamento decirte que te equivocas
me sobran cuerdas para saltar.


martes, 15 de septiembre de 2015

#Microcuentos del 1 al 15 de septiembre de 2015



Se ahogaba en vasos de agua,
pero su cuerpo permanecía siempre a flote.
Por eso nadie lo notaba nunca.

Así se vieron en el final.
Beso u olvido.
Los dos no podían ganar.

Tu decías
que eramos noche y día
nunca lo negué.
No fuiste capaz de ver,
cómo nos unía el ocaso
cómo brillábamos al amanecer.

Me hubiera gustado escribirte
tal y como eras
o como pudieras haber sido
si no te hubieras encerrado
en un silencio sin puertas.

A veces descubrimos un vacío
cuando escuchamos de vuelta el eco
de algo que habíamos perdido hace tiempo.

Apreciaba su capacidad
de verme sin mirarme
como si fuera invisible y a la vez
alguien realmente importante.

No encontrar nada
también puede significar algo:
Que nunca lo perdimos
que lo olvidamos
que no estamos aún preparados...

Al igual que
algunas personas no están
aunque se queden,
otras permanecen
aunque se hayan ido para siempre.

Hoy se acaba por fin
el arrojar recuerdos sobre hogueras
mañana el humo tendrá que decidir
hasta dónde queda marcada la huella.

No sé que decirte.
Ni yo me entiendo.
Será que cuando la locura llama a tu puerta
uno se acaba mintiendo y dice:
-Sigo cuerdo.

Fuimos héroes sobre un tablero
evitando sufrir daños
intentando no perder(nos).
Pero al final
Cobardes
nos retiramos del juego.

Vivía en últimos momentos
en principios inesperados
en noches de desenfreno
donde el tiempo no se para
y solo queda el recuerdo.

Yo estoy aquí
con los versos que nunca mereciste.

Tú estas ahí
con los besos que nunca me cediste.

La distancia es así
Triste.

Hicimos fotos antes, durante y después.
Para captar un instante que nunca llegaría: la locura que nos hacía estremecer.

Vuelvo a leer las conversaciones
que un día tuvimos nosotros
pero no encuentro el momento

en que empezó a darnos miedo todo.

lunes, 31 de agosto de 2015

#Microcuentos del 16 al 31 de agosto de 2015




Lo nuestro fue un amor de probador.
De ajustes e intentos,
de indecisión,
de no combinarnos a tiempo
y 15 días de devolución.

Si bien es cierto que nos dieron la oportunidad de elegir los finales, qué complicado resulta acertar la fecha exacta.

Los días estaban contados
pero de pequeños dejamos de llevar la cuenta.
Ya no podemos recordar,
solo disfrutar lo que nos queda.

Cuando todo cambió
me decidí a huir bien lejos.
Viajar te da las herramientas para volver al principio,
partiendo desde el final.

No entiendo cómo nos encontramos de nuevo.
Debe ser que nunca dejé de buscarte,
porque ni el azar justifica ya tanto encuentro.

La mala suerte de buscar
cosas que hace tiempo se perdieron
y como consecuencia encontrar
aquellas que ya no son lo que fueron.

No es que se hubiera apagado la llama,
es que simplemente un día,
dejó de interesarnos el fuego.

No nos damos cuenta de hasta que punto ciertos hechos nos han cambiado hasta que un viejo amigo nos mira con ojos de extraño.

A veces, tanta racionalidad junta, solo es la muralla que contiene una insaciable locura.

De un tiempo a esta parte
hay algo que no me funciona bien ahí dentro
y me da miedo asomarme 
por si no me encuentro.

Ella seguía con el corazón en camuflaje
porque su guerra no había terminado.

Como tantas otras veces terminó sin acabar
con un pasillo inmensamente estrecho,
sin puertas,
y con mucho tiempo para andar.

Me reconcilié, un poco, conmigo mismo
cuando recordé lo andado
porque cuando las cosas van mal
es fácil olvidar el pasado.

Se quedó con el único capaz de construir, cada día, algo diferente con los trozos que habían quedado de ella.

No había en su mirada una pizca de cordura.
Pero existía, en cambio, racionalidad en su locura.
Y alguien sabría encontrarla.

Sigo con la sensación de que últimamente la mayoría de finales están durando más que los principios.




sábado, 15 de agosto de 2015

#Microcuentos del 1 al 15 de agosto de 2015



Prométeme que el tiempo, que estemos sin vernos, no borrará todo lo que hemos pasado.
Aunque este destierro dure miles de años.

Al caernos en marcha comprendimos:
que medio camino nos habían llevado
y el otro medio lo debíamos recorrer por nosotros mismos.

Dependiendo de la importancia, de la hoja arrancada, notarás que suena más o menos hueco el pasar de sus páginas.

Estar parado no significa siempre un final.
A veces, detenernos a tiempo, puede brindarnos una segunda oportunidad.

Era imposible abandonarla,
porque ella nunca había estado ahí,
solo dejaba recuerdos a su paso
y era imposible de seguir.

Nunca debí mirar atrás
solo porque tú pusieras
espejos
cada vez que avanzaba en mi deriva.
Ahora no distingo
el futuro del cristal.

Sentía que avanzaba en contra de su propia felicidad, cuando tenía que dejar tras de sí, el único sitio en el que quería estar.

Aprendimos a mirar,
de una ojeada,
pero sin dejar de vernos,
y no pudimos observar,
que aquellas vistas,
nos estaban dejando ciegos.

No dan segundas oportunidades.
Algunos momentos pisan tan fuerte a su paso, que destruyen los puentes con solo cruzarlos.

Cada uno intentaba arrastrar al otro hacia su locura.
Hasta que descubrieron que solo eran salas separadas bajo una misma cúpula.

Tú esperabas
que yo estuviera bien,
como si mi mente racional,
pudiera detener,
mis latidos en el tiempo
y no morir.
En el intento.

Debiste entender,
que solo intentaba huir,
de ese abismo emocional,
que dejamos entreabierto
por si uno de los dos quería volver.

El regalo perfecto pasó de mano en mano hasta que alguien lo consideró demasiado valioso para entregarlo.
Al perder su esencia, desapareció.

Andaba buscándote
para que la realidad sobrescribiera el cuento,
que la imaginación y el tiempo
me habían contado sobre ti.